-¿Quién es el mejor futbolista?

-Pues yo digo que Fulano.

-Estás equivocado. ¡Nadie hace lo que hace Zutano!

-Para nada… ¡Él no ganó nada en todo el año!

-Ganar, ganó más títulos Perengano.

-Pero Perengano está varios niveles abajo.

 

Casi sesenta años después de algún diálogo que pudo resultar parecido en la redacción de la revista France Football y que llevó a que se solicitara voto a un periodista de cada país de Europa, el debate sigue siendo parecido a cada entrega del Balón de Oro.

 

Revisaba un dato por demás interesante ahora que se insiste en los títulos conquistados por Franck Ribery en el Bayern Múnich, contrapuesto a la nula cantidad obtenida por Cristiano Ronaldo en el Real Madrid y a la baja cifra de partidos disputados por Lionel Messi a causa de varias lesiones: que el primer Balón de Oro fue entregado al inglés Stanley Matthews, quien en dicho año había anotado apenas tres goles y levantado ningún trofeo (contrapuesto a los 29 entonces marcados por Alfredo Di Stéfano, incluido uno en cada ronda de la Copa de Campeones de Europa ganada por su Real Madrid).

 

Es decir, que en aquella votación se prefirió premiar la formidable y longeva carrera de Stanley Matthews (tenía nada menos que 41 años y todavía jugaría otros diez); un caballero de las canchas que jamás haber sido amonestado u objeto de polémica alguna sobre el césped, y que dedicaba sus vacaciones a entrenar a niños de escasos recursos en África.

 

Matthews no era el mejor futbolista de Europa en 1956, como muchas veces más se ha repetido con el ganador del Balón de Oro, abierto desde 1995 a elementos de todos los continentes. No obstante, es una votación inapelable y sin duda subjetiva; antes, un voto por reportero; desde que el cetro de la revista France Football se fusionó con el galardón al mejor del año de la FIFA (2010), también se toma opinión de los seleccionadores y capitanes de cada selección del mundo.

 

En mi opinión, esta vez tiene que ser de Cristiano Ronaldo: por su aplastante regularidad goleadora con el Real Madrid, por su rol decisivo para meter a Portugal al Mundial 2014, por lo que aporta cada que brinca a la cancha.

 

¿Es Lionel Messi mejor futbolista? Acaso sí, y por ello se ha quedado los últimos cuatro (alguno de ellos, sin pleno merecimiento), pero no superó a Cristiano a lo largo del 2013.

 

¿Lo merece más Franck Ribery? En virtud de que conquistó todo con el Bayern, muchos coinciden en eso. Sin embargo, el plantel bávaro es tan brillantemente parejo, que no veo demasiadas razones para colocar a Ribery con tanta jactancia por encima de sus compañeros Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger, Arjen Robben. Con inmenso respeto a su gran año, Ribery no cargó con un equipo más bien apoyado en numerosos pilares (casi me atrevo a decir que sin el concurso de Ribery probablemente habrían recopilado la misma cifra de copas).

 

Para la siguiente entrega, habrá carga adicional de pleito: que este 2014 es año de Mundial y lo lógico es premiar al hombre clave del campeón (como en 1998 Zidane, en 2002 Ronaldo, en 2006 Cannavaro), aunque eso contradice el sentido de un trofeo al mejor de todo un año. La controversia vendrá si ni Argentina ni Portugal se coronan. Y es que nuestra generación difícilmente se atreverá a sacar de los dos primeros pedestales a este par de ases, tal como en el 2010, cuando ningún español (Iker, Xavi o Iniesta) fue consagrado.

 

Polémica siempre habrá. Quizá como homenaje a aquella charla de redacción entre tercos reporteros franceses donde comenzó esta historia.

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