Asuntos cotidianos como el incremento de enfermedades respiratorias y su relación con los efectos del cambio climático o la toma de decisiones en el ámbito de la economía familiar para hacer frente a los aumentos de tarifas en el transporte público, el precio de la gasolina, la adopción de nuevos y mejores hábitos alimenticios (y de ejercicios físicos) para combatir problemas de salud como la diabetes y la obesidad, o sus correlatos sociales, como el hambre y la malnutrición, todos ellos son abordados con auxilio de la ciencia, la tecnología y la innovación.

 

Sí, leyó usted bien, el conocimiento científico y tecnológico tiene mucho que ver con la vida diaria, cotidiana, familiar. Un mundo como el de nuestros días no podría existir si las decisiones que tomamos a diario prescindieran de las evidencias científicas y del razonamiento que de ellas deriva.

 

El hombre y la mujer de hoy no se contentan con revisar el horóscopo o encomendarse a un poder superior para comenzar su día, sino que requieren de información basada en evidencia científica. Estos ciudadanos y ciudadanas consultan el servicio meteorológico (y no solo las revistas de moda) para decidir cómo vestirse; visitan a su médico familiar para decidir si tomar o no determinadas vacunas y medicamentos; el servicio vial, para elegir la ruta más adecuada a su trabajo o escuela. Se informan acerca de los últimos hallazgos en nutriología, en medicina o la revista del consumidor para elegir los alimentos que habrán de comprar y consumir, además de escuchar algún noticiero radiofónico o televisivo y leer al menos la portada de algún diario y, desde luego, consultar sus redes sociales cibernéticas o sus dispositivos móviles, en los que hallan una cantidad infinita de datos e información que les sirven para vivir.

 

Por su parte, decidida a dejar de ser “noticia de relleno”, este 2014 la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) que se hace en México enfila sus baterías a la conquista del interés de la opinión pública y de sus líderes a partir, precisamente, de los grandes problemas nacionales y de cómo el conocimiento puede ser una vía de solución.

 

Este año, la política pública de CTI cobrará gran relevancia pues órganos encargados de su diseño e implementación, como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), así como representantes de la expresión de las comunidades académica y empresarial, como el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC (FCCyT) trabajan en común sobre diversas iniciativas, que forman la parte sustantiva del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECITI) y que se difundirá este cuatrimestre.

 

Esta serie de estrategias pretende dar respuesta a problemas nacionales de gran calado que podrían resumirse en lograr la seguridad y la autosuficiencia en aspectos como: agua potable suficiente y de calidad; alimentación y combate a pobreza y hambre; salud, en especial obesidad, diabetes, enfermedades mentales y adicciones; migración, derechos humanos y equidad de género; biodiversidad, medio ambiente y mitigación del cambio climático y uso de energías limpias y renovables; innovación de productos, procesos; fortalecimiento de la manufactura avanzada y crecimiento económico, entre otros.

 

La idea es incorporar a los ciudadanos en la toma de conciencia y decisiones respecto de lo que se debe hacer para enfrentar con éxito los problemas que les atañen a diario. Y hacer todo esto desde los ámbitos del conocimiento científico. Es decir, se trata de demostrar que cuando la ciudadanía se apropia de la ciencia, la tecnología y la innovación, se genera valor económico y desarrollo social.

 

Actualmente, el Foro Consultivo trabaja conjuntamente con el CONACYT en la elaboración de estas iniciativas, las cuales están disponibles en el portal de Internet: www.foroconsultivo.org.mx/documentos/peciti_2012_2037/, donde, quien así lo desee podrá identificar cómo se va definiendo la apropiación social de la ciencia, la tecnología y la innovación.

 

Es una oportunidad para que todas y todos nos reconozcamos como parte sustantiva del proceso que puede llevar a México a la economía y la sociedad del conocimiento.

 

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