La liberalización comercial de México luego de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) permitió transformar y modernizar la economía mexicana, además de ofrecer al país un mayor crecimiento en los flujos de comercio e inversión por la apertura que se planteó en ese acuerdo regional.

Así resumió Eduardo Medina Mora, embajador de México en Estados Unidos, los 20 años de la entrada en vigor del TLCAN.

 

En entrevista con 24 HORAS, el que fue asesor del equipo negociador del acuerdo comercial en los temas de Agricultura, Normas, Prácticas Desleales de Comercio, Inversión y Reglas de Origen, recordó que desde el 1 de enero de 1994, el comercio entre México y Estados Unidos quintuplicó y las exportaciones mexicanas hacia esa nación crecieron casi siete veces.

 

Adelantó que las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), a las cuales participan México, Estados Unidos y Canadá, permitirá actualizar el TLCAN para reflejar las realidades actuales de la economía moderna.

 

-¿Cómo evalúa estos 20 años del TLCAN?

 

-Los primeros 20 años del TLCAN han excedido todas las expectativas positivas en materia de promoción del comercio y la inversión. A partir del 1 de enero de 2014, debemos celebrar el éxito de estos primeros 20 años y desarrollar la agenda para los siguientes 20 años de la creciente integración económica entre México y Estados Unidos.

 

“La liberalización comercial de México ha sido un éxito, no sólo por el crecimiento en los flujos de comercio e inversión, sino también por haber contribuido a transformar y modernizar la economía mexicana.

 

“El TLCAN consolidó la liberalización comercial emprendida por México hace más de dos décadas con el ingreso al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), y con ello nuestro país pasó de ser una economía basada en la exportación de petróleo a uno de los mayores exportadores de productos manufacturados en el mundo.

 

“Hoy, México es una de las economías más abiertas del orbe con un comercio total superior a $742 mil millones de dólares que representan alrededor del 70% del PIB. México ocupa el lugar número 11 como exportador mundial y el número 10 como importador.

 

“A partir de la entrada en vigor el TLCAN en 1994, el comercio y la inversión en la región de América del Norte se han expandido, la competitividad de las tres economías se ha incrementado, y la relación entre México, EU y Canadá se ha fortalecido. El comercio trilateral se triplicó para superar un billón de dólares en 2012, y la región se ha convertido en una de las regiones económicas más integradas del mundo, en donde 48% del comercio total de la región se realiza entre los países socios del TLCAN.

 

“El TLCAN ha contribuido a incrementar sustancialmente las exportaciones mexicanas a Estados Unidos al pasar de 42 mil millones de dólares en 1993 a 287 mil millones de dólares en 2012, es decir, se han multiplicado por más de seis veces.

 

“Asimismo, en el mismo periodo, el comercio entre México y EU se ha multiplicado por más de cinco veces, al pasar de 88 mil millones de dólares a casi 500 mil millones de dólares. Es decir, cada día 1.3 mil millones de dólares en productos cruzan la frontera en ambas direcciones.

 

“El TLCAN también ha contribuido a aumentar la inversión extranjera directa (IED) que México recibe de sus socios comerciales de América del Norte y del resto del mundo, al establecer un conjunto de reglas claras que proveen certidumbre y promueven las inversiones. A partir de la entrada en vigor del tratado, México ha recibido más de 388 mil millones de dólares en IED, de los cuales la mitad provino de EU y 4% de Canadá.”

 

-¿Qué viene para los próximos años con este tratado?

 

-“El TLCAN ha beneficiado la integración de las cadenas productivas de América del Norte y ha incentivado a las empresas a ser más eficientes, a innovar, fortalecer las cadenas de suministro, e invertir en desarrollo tecnológico para competir exitosamente en el mercado global.

 

“El futuro deberá traer un énfasis en la competitividad del espacio económico compartido de Norteamérica, incluyendo el TLCAN pero no limitándose a él. A 20 años del tratado, es esencial continuar profundizando la integración comercial y económica de la región. Por ello, es necesario trabajar en incrementar la competitividad de nuestras empresas a través de la implementación de medidas de facilitación del comercio, desarrollar infraestructura para que más empresas y regiones se beneficien del comercio, mejorar la cooperación regulatoria e invertir en capital humano, todo ello para producir conjuntamente más bienes y servicios para los mercados internacionales.

 

“México está trabajando en una ambiciosa agenda con iniciativas que contribuyan a fortalecer los éxitos que hemos alcanzado en la liberalización del comercio y la inversión en América del Norte. Compartimos la visión de los líderes de nuestros países socios de desarrollar mecanismos que aumenten nuestra competitividad y nos permitan enfrentar más adecuadamente la competencia con otras regiones, y creemos que la mejor manera de atender este reto es construyendo sobre los resultados que ha traído el TLCAN.

 

“Para ello, México y EU están trabajado en el desarrollo e implementación de serie de acciones, como la construcción de una frontera para el Siglo 21. Todos los factores de competitividad que disfrutamos por compartir una frontera se desperdician cuando los flujos de bienes y personas se realizan lentamente en los cruces fronterizos.

 

“Trabajan en el reconocimiento y eventual armonización de las regulaciones a través del Consejo de Cooperación Regulatoria de Alto Nivel. Los costos asociados en hacer negocios se incrementan cuando las empresas tienen que cumplir con diferentes estándares y normas para un mismo producto.

 

“También colaboran en el desarrollo de una agenda de trabajo conjunta a través del Dialogo Económico de Alto Nivel (DEAN) surgido del mandato de los presidentes Peña Nieto y Obama en mayo pasado. Este es un esfuerzo amplio entre ambos países para mejorar la coordinación de políticas que conduzcan a incrementar la competitividad y la conectividad, promover el crecimiento económico y la innovación, y el liderazgo en foros regionales y multilaterales. Con el DEAN se reducirán los costos de transacción en el espacio económico compartido, y se dará un impulso decidido a la competitividad de la región.”

 

-¿Se actualizará?

 

-Claramente las condiciones económicas y comerciales actuales son diferentes a las que imperaban hace más de 20 años, y el TLCAN deberá actualizar sus disciplinas para reflejar las realidades de la economía moderna.

 

“En este sentido, las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) que actualmente se realizan, y en las que participan México, EU y Canadá, representan una importante oportunidad para alcanzar este objetivo.

 

Además de la agenda de trabajo regional, el TPP es otra línea de acción que ofrece la oportunidad de avanzar en la construcción de una nueva etapa de las relaciones económicas entre los países de América del Norte, a través de la actualización de las reglas comerciales que se requieren en la nueva economía.

 

“Al mismo tiempo, el TPP no debe menoscabar el acceso efectivo al mercado y a las inversiones de nuestros socios norteamericanos. El objetivo es fortalecer la integración de las cadenas de producción logradas por el TLCAN y abrir los mercados de Asia a los bienes producidos conjuntamente.”

 

-¿Cómo fue la negociación para lograr este tratado?

 

-El Presidente de México recogió la recomendación del Senado de negociar un acuerdo de libre comercio en América del Norte como resultado de un foro de consultas públicas, y en junio de 1990, le propuso al presidente de EU la conveniencia de buscar mecanismos que permitieran ampliar el comercio y la inversión. Ambos presidentes giraron instrucciones a los responsables de la política comercial de negociar un tratado de libre comercio. Posteriormente, Canadá manifestó interés por participar en esas negociaciones.

 

“Un año después del anuncio, en junio de 1991, las negociaciones formales iniciaron en Toronto y concluyeron catorce meses después en agosto de 1992.  Después de cuatro años de trabajos de preparación, negociación y aprobación, el TLCAN entró en vigor el 1 de enero de 1994.En su momento, el TLCAN se convirtió no sólo en la zona de libre comercio más grande del mundo, sino también en la más ambiciosa.

 

“El tratado fue pionero en la inclusión de disciplinas que no acostumbraban ser parte de los acuerdos de libre comercio. Además de extender la eliminación de aranceles y barreras no arancelarias a los bienes agropecuarios, el TLCAN incorporó la liberalización del comercio de servicios y de los flujos de inversión extranjera; disciplinas para la protección de los derechos de propiedad intelectual, de las compras gubernamentales y novedosos mecanismos de solución de controversias para proteger tanto los derechos de los Estados miembros, como los de los inversionistas y exportadores.

 

“El TLCAN representó un parteaguas en la política de comercio exterior de México, no sólo por el acercamiento económico sin precedente con EU y Canadá, sino también porque inauguró un nuevo enfoque para las negociaciones comerciales del país.

 

“A partir del acuerdo norteamericano, México inició negociaciones similares con otras naciones de América Latina, en una primera etapa, y, más adelante, con contrapartes de otras regiones —la Unión Europea y Japón entre ellos — al tiempo que intensificó su presencia en los foros comerciales multilaterales y regionales.”