KIEV. Cerca de cien mil personas volvieron a copar la simbólica Plaza de la Independencia de Kiev para pedir la renuncia del presidente uncraniano Viktor Yanukovich y la convocatoria de elecciones anticipadas tras la negativa del gobierno debido a su negativa de firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE). . En medio de los enfrentamientos, y en una actitud cargada de un fuerte simbolismo, los manifestantes derribaron una estatua del del líder soviético Vladimir Lenin en la plaza central de la capital.

 

Desafiando las temperaturas heladas y acompañados por el canto del himno ucraniano, los manifestantes primero envolvieron la figura con un cable, lo que provocó su decapitación, y luego la derribaron a martillazos, al grito de “¡Yanukovich es el siguiente!”.

 

La manifestación llamada la “Marcha del millón” que se quedó corta, fue anunciada la víspera por los líderes de las organizaciones políticas Batkivschina (Patria) y Udar (Golpe), quienes indicaron la posibilidad de que esta fuera la mayor movilización realizada desde el inicio de las protestas en noviembre último.

 

Una de las principales promotoras y fue la hija la ex primera ministra Julia Timoshenko, quien leyó un mensaje de su madre, “no se rindan y no se sienten con ellos a la mesa”, pidió la política quien se encuentra en prisión a través de los labios de su hija Yevguenia Timoshenko.

 

Muchos de los manifestantes aseguraron a los medios presentes que se trata de una “revolución” como la que los mismos grupos pro europeos lideraron hace nueve años contra el mismo hombre que hoy está en el poder, Yanukovich.

 

Según denunció la oposición y más tarde confirmó el gobierno ucraniano, Yanukovich cedió a las presiones de Rusia, que amenazó con suspender toda la cooperación bilateral si firmaba el acuerdo con Bruselas.

 

Por eso, además de copar la simbólica Plaza de la Independencia, algunas columnas de manifestantes, principalmente simpatizantes del partido nacionalista Svoboda, marcharon por Kiev y levantaron barricadas para bloquear los accesos a la mayoría de los edificios oficiales en el llamado Barrio gubernamental de la capital, protegidos por más de mil policías, entre ellos el cuerpo especial de antidisturbios Berkut.

 

Además, expandieron el campamento de la protesta a la zona gubernamental y a varias avenidas centrales de la capital.

 

Ante el anuncio de la oposición de expandir su protesta a toda la ciudad, el gobierno ucraniano desplegó al menos mil policías antidisturbios alrededor de la sede de la Presidencia, mientras que efectivos de las tropas del Ministerio del Interior rodean el edificio de la Rada Suprema (Parlamento).

 

Denuncian a saboteadores

 

Los que observan que la mayoría de los manifestantes que instalaron tiendas de campaña en el centro de la ciudad proceden de otras regiones del país, y se preguntan quién paga los desplazamientos, el ininterrumpido reparto de comida, mantas y ropa de abrigo en el campamento. Ayer los soldados separaron a miles de opositores de al menos otras tres mil personas que iniciaron una acción de apoyo a Yanukóvich y a su Partido de las Regiones frente a la sede del Legislativo.

 

“Quiero decir a todo el mundo que las autoridades han traído a gente de otras regiones y les pagan 200 grivnas (18 euros) al día para que se manifiesten a favor de Yanukóvich. Nosotros sí que estamos aquí por nuestras ideas y no por dinero“, dijo a la prensa un líder regional de la formación Alianza Democrática.

 

Hasta 10 año de prisión

 

El gobierno ucraniano respondió ante la multitudinaria protesta anunciando la apertura de una causa penal por “acciones dirigidas a la toma del poder del Estado”, un delito que, según la Constitución de ese país, va contra la seguridad nacional y puede ser castigado con penas de hasta diez años de cárcel.

 

La oposición ucraniana calificó de “provocación” la apertura de la investigación penal por parte de los servicios secretos, mientras que el líder del partido opositor Batkivshina, Arseni Yatseniuk, dijo que el gobierno del presidente Víctor Yanukóvich se prepara para declarar el estado de excepción.

 

Ante la creciente tensión, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, viajará a Kiev esta semana que comienza para “impulsar una solución política”, según informó hoy la Comisión Europea.

 

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también ha conversado este domingo por teléfono con el presidente Yanukóvich, a quien transmitió su “profunda preocupación” por la situación en ese país al llamar a un “diálogo pacífico” entre gobierno y oposición.

 

Dirigentes de la UE y de los gobiernos europeos ya han manifestado su apoyo a los opositores que reclaman el ingreso pleno de su país al bloque vecino.