Toma tu abrigo, tu bufanda y tu gorro, porque, igual que millones de turistas, nos vamos de paseo a Nueva York en Navidad.
Las vitrinas de Bergdorf y Barneys, la gigantesca estrella en la calle 57 y la Quinta Avenida, Cartier envuelto en una cinta roja que cubre sus cinco pisos, los hoteles Península y el Plaza adornados exquisitamente, los papa Noel, los patinadores en Central Park y los pinos iluminados en Park Avenue, todo es parte de una escena conocida para cualquier persona en cualquier lugar del mundo, aunque jamás haya puesto un pie en Manhattan.
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