La última aparición pública de Nelson Mandela fue el día de la final de la Copa del Mundo en su país, en el estadio Soccer City de Johannesburgo, donde las selecciones de futbol de España y Holanda diputaron el título del torneo que él llevó a su país.

 

Estuvo sólo unos minutos, entró en un carrito de golf, saludando a un estadio que lo ovacionaba. Él entendía como ninguno el poder del deporte para unir a las personas, incluso por encima de diferencias aparentemente irreconciliables.

 

Lo expresó en una ceremonia cinco años después de una de sus jugadas más audaces, cuando vistió la odiada camiseta de los Springboks, la selección sudafricana de rugby, que era tomada como un símbolo de apartheid. “El deporte tiene el poder de cambiar el mundo. Tiene el poder de inspirar, tiene el poder de unir a la gente de una manera que pocas otras cosas consiguen”.

 

Fue en 1995, apenas un año después de haber sido electo presidente de Sudáfrica. En medio de un brillante sol de invierno, salió al exuberante campo y se puso una gorra. Su camiseta de rugby verde y de mangas largas, estaba abotonada hasta el cuello con un estilo propio y en la espalda tenía un número 6 de color dorado.

 

En cuestión de segundos, los cánticos de los aficionados, 65 mil aficionados en su mayoría blancos, inundaron el estadio Ellis Park, en el corazón de Johannesburgo: “¡Nelson! ¡Nelson! ¡Nelson!”

 

Sudáfrica ganó esa final. Era el momento de su definición como país, un momento trascendente en la transformación del régimen segregacionista del apartheid en una democracia multirracial.

 

Al mismo tiempo era el ejemplo del perdón y de la aceptación que ponía el hombre que pasó 27 años encarcelado por su lucha contra la discriminación.

 

En Sudáfrica muchas personas le acreditan a Mandela poderes más allá de lo físico. La única prueba que existe de ello parece ser ese título de rugby, el único de la historia de su país, y la Copa Africana de Futbol, que consiguieron los Bafana Bafana en 1996, algo que tampoco se ha repetido.

 

Mandela fue boxeador en su juventud, era peso completo, y disfrutaba mucho de ese deporte. Muchos de los grandes campeones de la historia viajaron a Sudáfrica en una especie de peregrinación mítica. Fotos abundan, entre ellas hay una de Muhammad Alí, ambos en guardia, frente a frente.

 

“El inspiró a otros a alcanzar lo que parecía imposible y los movió a romper las barreras que los mantenían como rehenes mental, física, social y económicamente”, dijo Alí en un comunicado. “Él nos hizo darnos cuenta que somos guardianes de nuestros hermanos, y que nuestros hermanos vienen de todos los colores”.

 

Citas

 

“El deporte puede crear esperanza donde antes había sólo desesperación. Es más poderoso que los gobiernos destruyendo barreras raciales. Se ríe en la cara de cualquier tipo de discriminación”

Nelson Mandela

Ex presidente de Sudáfrica y boxeador

“Mandela nos dijo hace años que tenía un sueño: que el Mundial fuera a Sudáfrica. Él fue quien lo llevó”

Joseph Blatter

Presidente de la FIFA

“Gracias Madiba por su legado y tu ejemplo. Siempre permanecerás con nosotros”

Cristiano Ronaldo

Futbolista

 

“Hoy estoy muy triste. Mandela fue una de las mayores influencias en mi vida. Fue un amigo y un compañero en la lucha por el pueblo y por la paz en el mundo”

Pelé

Ex futbolista

 

“Era un verdadero hombre de estado. Un hombre destacado que comprendió que el deporte podía construir puentes, derribar muros y revelar nuestra humanidad común”

Thomas Bach

Presidente del Comité Olímpico Internacional

“El inspiró a otros a alcanzar lo que parecía imposible y los movió a romper las barreras que los mantenían como rehenes mental, física, social y económicamente”

Muhammad Ali

Ex boxeador