Como un acto subversivo de traducción, por primera vez se publicó en hebrero una de las más destacas obras del “boom” latinoamericano, la novela “Rayuela“, del escritor Julio Cortázar (1914-1984), que este año celebra su 50 aniversario.

 

La obra en lengua semítica, que fue presentada ayer en el marco de la Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara, es una trabajo del traductor israelí Ioran Meleer, quien para llevar esta pieza de la literatura a sus compatriotas tuvo que expandir los límites de su lengua materna.

 

En compañía del escritor y académico mexicano Gonzalo Celorio Blasco, el también maestro en Lingüística dijo que para transmitir la belleza de esta obra tuvo que “inventar palabras y formas que en hebreo son inexistentes y tomar en cuenta que el lector puede decir qué es esto”.

 

Ante decenas de jóvenes que se dieron cita en el Pabellón de Israel en este encuentro literario, detalló que esta joya de la literatura tenía que ser conocida por los israelíes, cuya literatura no se asemeja con la mexicana, pues “es una novela que forma a un lector, lo educa y le da fuerza”.

 

Llevar esta obra al hebrero, que en varias ocasiones fue cuestionada por los editores, fue un acto transformador pues en la mayoría de las traducciones que se realizan en ese país, son del francés y del alemán, pero “hacía falta, era urgente”.

 

El traductor recordó que hace 40 años se hicieron dos intentos por llevar esta obra a la sociedad israelí, sin que se lograran concretar.

 

La obra, que fue calificada por Celorio como una novela excelsa y que tiene muchos juegos, para Meleer implicó todo un reto, que no dudó en aceptar, “dije está bien o muero haciéndolo o tengo éxito”.

 

Sobre la importancia de la obra, el crítico literario mexicano y el traductor israelí coincidieron en que “Rayuela” le dice a los nuevos autores, “escribe como lo sientes, habla como piensas, di las cosas como son, suéltate y libérate”.

 

Este libros considerados de culto, agregó Meleer, pugna también por un nuevo vocabulario y por un lenguaje único.

 

En el acto, el editor, ensayista y narrador Celorio, quien durante la presentación hizo comentarios sobre esta novela experimental colmada de recursos literarios, opinó que Cortázar ha marcado un antes y un después.

 

“Es una influencia retrospectiva porque después de Julio Cortázar leemos de una manera distinta a autores anteriores a él”, dijo.

 

Además, destacó que esta novela es relevante para la literatura pues se queda en ella, “pero también es importante para la historia de la literatura porque es una novela ubicada de distintas manera y es una novela que tuvo un impacto en la conducta social pues nos hace caminar, vivir de una forma distinta”.

 

La presentación de “Rayuela” en hebrero formó parte de las actividades que ofrece Israel, como Invitado de Honor de la edición 27 de la FIL, que concluye el próximo 8 de diciembre.