La innovación y la tecnología persiguen también al sector bancario. De hecho, este sector no sólo es un gran consumidor de tecnología por hacer posible que sus operaciones se realicen de una manera rápida y fiable, sino que la tecnología es un factor muy positivo de cambio en sus servicios. Hoy en día, las entidades bancarias están destinadas a convertir el modelo de banca tradicional en un modelo de negocio digital ya que están compitiendo en nuevo entorno donde imperan los smartphones y las tabletas. Ello implica un proceso de cambio que tiene como prioridad el atender las nuevas demandas de servicios y productos (como las tarjetas virtuales, servicios bancarios online a través de dispositivos móviles…) que representan oportunidades nuevas de comunicación con sus clientes. En México, somos casi 60 millones de usuarios de Internet, con una penetración nacional del 25%, según el World Internet Project México, un aumento creciente de usuarios de Internet en México.

 

Por tanto, en un futuro no muy lejano la relación con los bancos será a través de medios electrónicos, quedando las sucursales destinadas a jugar un papel más secundario y complementario al canal electrónico. Empresas como Google, Amazon o Paypal ya están innovando en el tema de los pagos electrónicos, y es lo que trae la globalización y la tecnología: ser líder en un sector desde cualquier parte del mundo. Entonces surge la batalla de los bancos contra las empresas de Internet. Algunos se preguntan si el éxito está en una empresa de Internet que se mete en el negocio bancario o al revés, un banco que desarrolle herramientas tecnológicas que supongan una auténtica revolución en su relación con el cliente. Aunque los bancos son en definitiva negocios con una base de clientes, las empresas de Internet se caracterizan precisamente por conocer los gustos de los internautas (los estudios más relevantes sobre hábitos de consumo en Internet están realizados por la industria, no por los bancos), para ofrecerles productos evitando precisamente trámites bancarios.

 

Es una gran amenaza para los bancos que al parecer debieran adquirir capacidades en tecnología que están muy alejadas de su campo, pero no les queda más opción que buscar un aliado tecnológico que les ayude a traducir sus nuevas necesidades en herramientas tecnológicas que resulten atractivas y eficaces para los clientes. Algunos bancos ya decidieron subirse al tren pues en el mundo de la tecnología es más importante cómo se hacen las cosas que en sí las cosas.

 

Por ejemplo Google ha persuadido a algunos bancos para migrar su plantilla a Google Apps for Business. El email se migra a la nube y la colaboración en tiempo real elimina el trabajar en diferentes versiones de un mismo documento. También se está trabajando en un escritorio de alto rendimiento donde se crean redes sociales para mejorar la comunicación, nuevas formas de trabajo y la gestión del conocimiento. Asimismo, los datos se distribuyen a través de la nube pública de centros de datos y no en una nube privada. Eso, sí, los datos estarán almacenados de tal modo que cumpla con las exigencias de los reguladores bancarios y de protección de datos.

 

Pero, todavía el miedo a la privacidad en la gestión de datos propicia que Google Apps se quede para la comunicación interna de los empleados, y los datos del cliente y los sistemas bancarios se separen completamente de la nube pública para quedarse en un centro de datos. Temas pendientes de solución son la privacidad, los datos de acceso y por supuesto el ancho de banda. Pero aún más. Amazon, Facebook, Google y otras empresas similares pronto empezarán a prestar servicios bancarios, compitiendo con la banca tradicional. Si bien pudiera parecer desconcertante, la enorme ventaja para la banca es la gran cantidad de información financiera y no financiera que han atesorado. Esta información da muchas pistas sobre los hábitos y necesidades de los clientes. Únicamente necesitan convertir esta información en conocimiento para usarla y ofrecer a los usuarios lo que deseen, en la manera y en el tiempo en que lo necesiten.

 



*Investigadora del Proyecto Internet, Cátedra de Comunicaciones Digitales Estratégicas, Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México. Su cuenta de correo electrónico: amaya.arribas@itesm.mx