Si bien el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se creó con la promesa de ofrecer un mundo de prosperidad para México, los años que siguieron la firma del acuerdo fueron difíciles, pues la situación económica de la época provocó la devaluación del peso.

 

No obstante, en estos 20 años, el tratado permitió impulsar la economía de la región y México se transformó en un importante centro de manufactura mundial que exporta hoy más bienes que todo el resto de América Latina junto.

 

Entre 1993 y 2012, el comercio entre México y Estados Unidos incrementó un 506%, según el Congressional Research Service (CRS), el laboratorio de ideas independiente del Congreso estadunidense sobre el impacto económico del TLCAN.

 

¿Qué sigue?

 

De acuerdo con el diario Financial Times, lo que sigue con el TLCAN para los próximos 20 años dependerá del gas shale, un combustible no convencional que está transformando el mercado.

 

Si bien Norteamérica tiene un mercado energético interconectado desde años antes de la firma del tratado de libre comercio, la revolución del gas shale en Estados Unidos ha transformado las relaciones entre los tres países.

 

EU, quien necesitaba a Canadá y a México para asegurar el suministro de combustible del país, ahora les vende petróleo y gas a ambas naciones.

 

Mientras México se transformó de exportador a importador de petróleo de Estados Unidos, debido a la caída de su producción, en Canadá, el principal proveedor extranjero de este combustible de la Unión Americana, las exportaciones aumentaron.

 

Y podría continuar aumentando, ya que los gobiernos de Estados Unidos y Canadá están negociando la construcción del oleoducto Keystone XL, un controvertido proyecto que transportaría el petróleo de las arenas bituminosas de Alberta hacia las refinerías de Texas.

 

Durante este tiempo, la creciente economía de México ha causado en los últimos años un aumento en la demanda de energía, pero Petróleos Mexicanos (PEMEX), no logra responder a las necesidades, lo que le obliga importar gas natural.

 

Pero debido a las importantes reservas de gas shale y de petróleo que cuenta México y el potencial que podrían tener la explotación de estos combustibles para la economía nacional, el gobierno de Enrique Peña Nieto apostó en la reforma energética para abrir el sector a la inversión privada.

 

No obstante, el Financial Times se cuestiona sobre qué tan lejos podría ir la revolución del gas shale en Canadá y en México para que la región sea una fuerte potencia energética internacional. Por lo tanto, al igual que en otros sectores económicos, el diario británico considera que por el momento, Estados Unidos seguirá siendo la fuerza dominante del grupo en el tema energético.