Casi dos de cada tres integrantes de la Mesa de Estatutos votó el sábado pasado por la derogación de un artículo que impedía a un ex presidente del PRD volver a ocupar el cargo. De esa forma, los delegados perredistas dejaron lista la carpeta roja para que el tres veces candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas tome las riendas del partido y evite una diáspora que le cancele cualquier posibilidad de acceso al poder en los próximos años.

 

Pero para que esto se concrete hay varias condiciones que exige Cárdenas. No quiere competir por la presidencia, sino que su llegada sea por consenso, que significa que los aspirantes tienen que declinar a su favor, que le den manos libres para armar una estructura en el partido fuera de cuotas para las tribus, y que pueda elegir candidatos a diputados plurinominales. El ingeniero quiere todo. Romper los candados que le imponen los grupos al partido e impide un nuevo acuerdo político interno, pero mediante una conducción vertical donde todos se le sometan. Es decir, por la vía del autoritarismo, llegar a la democracia.

 

Lee la columna completa, Estrictamente Personal, en nuestra edición de mañana