Carlos Navarrete, fundador del PRD, licenciado en derecho, ex vocero de su partido, “coach” en campañas presidenciales, ex diputado federal, ex senador de la República, entre otros cargos, ahora, busca presidir al sol azteca en sustitución de Jesús Zambrano Grijalva.

 

El guanajuatense es uno de los candidatos más experimentados por sus diversos cargos en el PRD, además, desde los 80’s es integrante de “Los Coroneles”, ahora conocidos como “Los Chuchos”, líderes de la corriente con mayor peso en el PRD: Nueva Izquierda, donde figuran personajes como Jesús Zambrano (actual líder del partido), Jesús Ortega y Miguel Alonso Raya.

 

En entrevista con 24 HORAS, Navarrete asegura que aspira a ser el líder de todo el PRD y no solo de una corriente partidista.

 

Además, afirma que el Pacto por México ha permitido al sol azteca impulsar su agenda en temas como las reformas en telecomunicaciones y hacendaria.

 

¿Qué lo impulsa a querer dirigir al PRD?

 

Me considero hoy con la fuerza suficiente, con la madurez necesaria para ser dirigente nacional, que es el más alto honor que un militante de un partido puede tener, dirigir su partido. Puedo sumar en mi partido para agruparlo, para trabajar intensamente los próximos tres años, para que enfrente exitosamente su compromiso en 2015 y prepararlo para la elección del 2018.

 

¿Qué otras corrientes buscaría Nueva Izquierda para ganar la elección?

 

Aspiro a ser presidente de todo el PRD y no solo de una de sus corrientes. Confió en poder lograr la suma de otras expresiones internas importantes del PRD, por supuesto de mayor peso, para tener una amplia mayoría. Yo seguiré dialogando con las diversas corrientes para escuchar sus peticiones.

 

¿Cedería ante una posible candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas?

 

En mi caso, ratifico la decisión de estar al servicio de mi partido, y por lo tanto expreso mi decisión de mantener mi intención de contender en la elección de presidente nacional con las reglas que el PRD decida en su Congreso Nacional. Será un honor competir con otros compañeros destacados que han expresado su intención de contender, incluyendo los ex presidentes que, de reformarse el estatuto, decidan participar en el proceso electivo.

 

¿Qué método de elección preferiría: Consejo Nacional, votación directa de la militancia o consulta a ciudadanos?

 

Yo estoy dispuesto a acatar cualquier resolutivo del Congreso, aceptaré el método que mi partido determine y participaré con las reglas del juego que el partido determine, no hay que aspirar a que le confeccionen a uno un traje a la medida.

 

De ser electo, ¿cuál seria el llamado a los otros dos aspirantes a dirigir al PRD, Carlos Sotelo y Marcelo Ebrard?

 

Si yo soy presidente, convocaré a ambos para que sean parte de la dirección del PRD, porque los requerimos a todos, esperemos una contienda fraternal, una contienda donde haya debates sobre ideas, posicionamientos políticos y sin descalificaciones.

 

¿Tras casi 25 años de vida cómo se calificaría al PRD y cuáles serían los cambios que impulsaría?

 

Los partidos tienen etapas, el PRD culmina una etapa e inicia una nueva, con su nueva dirigencia, y en esta nueva etapa va a ser necesario profundizar muchos aspectos que el PRD está atendiendo, en su frente parlamentario, electoral, en sus gobiernos estatales y municipales. Me parece que Jesús Zambrano hizo un importante esfuerzo de posicionamiento del PRD en la campaña de 2012 y 2013, que ha cumplido con su compromiso de dirigir al PRD de manera plural y que ha enfrentado con valentía momentos decisivos que el PRD tuvo que enfrentar, muy polémicos, por cierto. Particularmente el Pacto por México. Me parece que el PRD está en condiciones de iniciar con su nueva etapa, con sus enormes responsabilidades frente a sus electores y los mexicanos.

 

¿Cómo lograr la unidad del PRD si actualmente muchas corrientes que lo integran rechazan  decisiones como el Pacto por México?

 

Hay que decir con claridad no son muchas corrientes las que se oponen, es alguna corriente interna que, sin embargo, no constituye una mayoría en el consejo nacional donde se avaló el Pacto por México.

 

¿El Pacto por México debe seguir para el PRD?

 

El Pacto por México no es más que una mesa de negociación política, es un espacio donde la izquierda puede colocar sus temas, sus demandas históricas, sus planteamientos para el país y en la medida que encuentre coincidencias se avanza y en la medida en que no, pues el PRD se opone terminantemente a las que no comparte. Nosotros avalamos la reforma en telecomunicaciones y la reciente reforma hacendaria, pero rechazamos categóricamente la reforma energética. Es decir, el PRD con cabeza propia y absoluta libertad determina en qué cosas si coincide con los otros partidos y en qué cosas no.

 

¿En realidad es viable el Pacto por México para el país?

 

Desde 1988 hasta el 2012, durante 24 años, el país vivió una anormalidad política, consistido en que siendo la izquierda mexicana la segunda fuerza en elecciones presidenciales o tercera fuerza, permitimos y se nos fue impuesto  un esquema bipartidista en el que el PAN o PRI gobernaban, se ponían de acuerdo con el otro partido para imponer su visión de las reformas y nosotros en la franca oposición sin tener capacidad de influir en el rumbo del país. Con el Pacto por México se rompió esa anormalidad política y la izquierda está en condiciones hoy de plantear, en las mesas de negociación, los temas que históricamente ha colocado como demanda propia, por eso la reforma en telecomunicaciones tiene un alto contenido de izquierda y la reforma hacendaria también. Gravar las ganancias de la bolsa, eliminar la consolidación fiscal, subir el IVA a los que más ganan, lograr que el ingreso que se logre no se vaya al gasto corriente sino al gasto social, son demandas históricas de la izquierda desde 1989 para acá.