Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como “La Quina“, se mantuvo por décadas al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), en medio de la polémica sobre el manejo de recursos de la agrupación y otros eventos que posteriormente marcaron su vida.
Con la llegada de Carlos Salinas de Gortari a la presidencia de México, el 10 de enero de 1989, el Ejército detuvo en su casa de Ciudad Madero, Tamaulipas, al entonces líder sindical.
El llamado “Quinazo” fue una acción que el entonces presidente Salinas utilizó para legitimar su presidencia cuestionada por un presunto fraude tras la caída del sistema electoral durante el conteo y además le dio control del sindicato petrolero.
Las autoridades federales acusaron de homicidio y acopio de armas a Hernández Galicia, sin embargo, especialistas señalaron en su momento que se trató de una represalia ante su negativa para apoyar a Salinas durante el proceso electoral de 1989.
Tras fungir como líder sindical entre 1958 y 1989, Hernández fue condenado a 30 años de prisión, sin embargo, en 1997 obtuvo la amnistía, luego de que en el sexenio de Ernesto Zedillo de León, se le retuvierera en prisión obstaculizando su proceso de libertad preparatoria.
A su salida, durante el sexenio del Vicente Fox, “La Quina” pretendió sin éxito su regreso al STPRM, confiado por la revelación oficial del llamado Pemexgate, que dejaba al descubierto el presunto desvío de recursos de la paraestatal hacia la campaña política de de Francisco Labastida.
En declaraciones al periódico “El Mañana” de Reynosa, Tamaulipas, el 9 de junio de 2002, pidió al presidente Fox el plazo de un año para limpiar al sindicato petrolero de la corrupción.
Este 2013, “La Quina” estuvo de nuevo en la polémica tras declarar que el culpable de la explosión en la torre B de las instalaciones de Pemex en la Ciudad de México, es el actual líder sindical, Carlos Romero Deschamps.
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