“A mí se me detuvo por la masacre de los jóvenes”, declaró Israel Arzate Meléndez el 5 de febrero de 2010. A continuación ‘confesó’ que había participado ‘como informante en el homicidio de 15 personas’ en Villas de Salvárcar, Ciudad Juárez, Chihuahua el 30 de enero de 2010 y, agregó, que también ‘había disparado contra las víctimas de la masacre’.

 

Hoy se sabe que esa confesión fue obtenida mediante métodos de tortura. Que para obtenerla, al hombre se le aplicaron toques eléctricos, se le sumergía la cabeza en agua helada, se le cubría la cara con bolsas de plástico hasta la asfixia…

 

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