Los drones son mejor conocidos por su papel de asesinos a distancia de terroristas de Al Qaeda, talibanes u otros grupos extremistas por parte de Estados Unidos en Afganistán y Pakistán, pero bien pueden tener usos positivos en diversas áreas a nivel mundial que podrían activar la economía.

 

El pasado mes de octubre, Amnistía Internacional publicó un informe sobre los ataques aéreos estadunidenses en Pakistán, en el que concluyó que al menos 900 civiles murieron asesinados y más de 600 personas fueron heridas en ataques con drones desde el 2004, cuando comenzó el controvertido programa.

 

Según el informe, entre 2004 y septiembre del 2013, EU lanzó entre 330-374 drones en Pakistán. Los ataques han creado una cultura de miedo y dejaron millones de “víctimas colaterales”.

 

Desde su implementación, el uso de los drones ha generado gran polémica en EU. En 2013, siete estados promulgaron leyes para limitar su alcance (Virginia, Tennessee, Florida, Texas, Idaho, Montana y Dakota del Norte) y otros 36 sometieron a sus Congresos leyes similares.

 

Drones ingresan a México

 

La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) se auxilió de los drones para presuntamente “mantener la paz” durante las marchas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

 

La SSPDF cuenta con al menos dos drones con los que ha vigilado a principios de este año peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe, marchas y manifestaciones.

 

La policía capitalina defiende su uso al señalar que son un aliado en la lucha contra el crimen, pues con ellos se pueden encontrar delincuentes en zonas muy oscuras.

 

Sin embargo, de acuerdo con  The Washington Post, durante la administración de George W. Bush, éste rechazó un pedido del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa para entregarle drones para combatir los cárteles de la droga que operan en México.

 

¿Le cambian el rostro a los drones?

 

Actualmente, la gran polémica reside en el uso de los drones para activar ciertas áreas de la economía, como en la agricultura, y la violación a la intimidad de los ciudadanos, quienes al tener conocimiento de su uso “bélico” han activado una resistencia para que sea legal su utilización.

 

Gracias a sus características, ya que pueden desplazarse rápidamente sobre terrenos irregulares y superan cualquier tipo de obtáculos, los drones son de gran ayuda para detectar plagas en sembradíos y fumigarlas, abonar campos, medir la temperatura y el desarrollo de la cosecha y el estado hídrico de la tierra.

 

Según una investigación de la Universidad de Berkeley, la repercusión económica de la aplicación de los drones en la agricultura de EU en el 2015 sería de 2,096 millones de dólares, además de la creación de 21.565 puestos de trabajo.

 

Sin embargo, en Europa esta situación no es muy bien vista por los agricultores, quienes de por sí ya se sienten vigilados a nivel satelital, consideran que el uso de los drones va más allá de una simple y mera vigilancia para prevenir delitos.

 

Y es que las granjas le cuestan a los contibuyentes millones de dólares, por lo que los inspectores han recurrido a una fase de prueba de dichos dispositivos para vigilar los cultivos a fin de prevenir el fraude o despilfarro. Un agricultor que rompe las reglas arriesga a perder un 3% de su pago directo.

 

Empresas mexicanas han tomado la tecnología de los drones en sus manos para fabricar dispositivos con fines comerciales que dotan servicios a la investigación, cartografía, publicidad, grabación de eventos, rescate, cine y otros.

 

El nuevo mercado de los drones

 

Se prevé que su uso no sea sólo en cultivos, sino también en transporte de mercancía, vigilar las fronteras, la lucha contra la inmigración ilegal y el tráfico de drogas y la intervención en recursos naturales o desastres industriales.

 

Actualmente, la industria del cine ha empezado a usar drones para grabar ciertas escenas, al ser más económico y seguro que realizarlo en un vuelo tripulado. En España se utilizan en cuestiones de protección civil, como apagar incendios.

 

Así es un drone

 

Los drones de reconocimiento tienen diversos tamaños. Algunos tienen mayor envergadura que el Boeing 737 y otros pueden caber en una mano. El Phantom Eye de Boeing es un drone diseñado para las grandes alturas y las grandes distancias, que pueden llevar equipos con un pesos de hasta 204 kilos durante cuatro días.

 

Prox Dinamics fabrica el Black Hornet Nano que no es más grande que un juguete. Es un helicóptero miniatura de vigilancia que ha ayudado a los soldados británicos en Afganistán a detectar peligros ocultos cuando realizan sus patrullajes. Eso es posible porque los Black Hornet caben en el bolsillo de un soldado.

 

 

 

 

 

 

 

 

One reply on “La polémica detrás del uso de drones en EU y México”

Comments are closed.