NUEVA YORK. El gran problema del mundo no son las crisis financieras, sino el aumento de la desigualdad económica, advirtió ayer Robert Shiller, después de ser distinguido junto con dos de sus colegas con el Premio Nobel de Economía.

“El problema no son las crisis financieras en sí mismas, sino el aumento de la desigualdad económica en Estados Unidos y el resto del mundo”, dijo Shiller durante una conferencia de prensa en la Universidad de Yale, donde es profesor.

 

Shiller fue galardonado este lunes junto con Eugene Fama y Lars Peter Hansen, de la Universidad de Chicago, con el Premio Nobel de Economía 2013 por sus trabajos sobre los comportamientos de los precios de los activos en los mercados financieros.

 

Explicó que aunque está lejos de ser el primer académico en alertar sobre esta tendencia, indicó que la desigualdad ha empeorado en las últimas décadas, y podría seguir empeorando.

 

“Eso no lo sabemos. Quizá pueda corregirse, pero eso es complicado de predecir”.

 

Durante la rueda de prensa, el economista de Yale expresó que la desigualdad en el mundo tiene algunas soluciones desde una perspectiva financiera, debido que las finanzas implican el manejo de riesgos y que estas herramientas pueden ser democráticas y útiles para la gente común.

 

“Muchos de los problemas que aquejan a los mercados financieros, y que están detrás de la crisis financiera de los pasados cinco años, pueden arreglarse, mediante la aplicación de nuestro mejorado entendimiento del precio de los activos”, afirmó.

 

Shiller manifestó por ejemplo que sería mejor implementar ahora un aumento de impuestos a las personas más ricas en el mundo con el fin de combatir la desigualdad, en vez de esperar 50 o 100 años a que el problema sea más grande.

 

El trabajo de Shiller apunta a mostrar “la irracionalidad” de los mercados financieros, que muchas veces crecen hasta convertirse en burbujas vulnerables, y a que los precios de los bonos y las acciones del mercado bursátil sólo pueden predecirse a largo plazo.

 

El afán por predecir el curso futuro de los precios de acciones, bonos y bienes inmuebles ha marcado la carrera de los tres estadounidenses galardonados.

 

Eugene F. Fama, nacido en Boston en 1939, es conocido como “el padre de las finanzas modernas” por su dedicación a la investigación de mercados y por su intento de llevar el rigor científico y empírico al campo de la gestión de inversiones.

 

Gran parte de los estudios de este profesor emérito de la Universidad de Chicago se centran en la relación entre riesgo y beneficio y las consecuencias de la gestión de cartera.

 

Fama es, además de aficionado al windsurf, el golf y la ópera, director y experto de la consultora financiera Dimensional Fund, que asesora a empresas que gestionan activos por más de 251 mil millones de dólares.

 

Lars Peter Hansen, por su parte, nacido en Illinois en 1952, es profesor emérito en Economía de la Universidad de Chicago y conocido en el ámbito científico por sus aportaciones a la macroeconomía y en concreto a las relaciones entre la economía real y la financiera.

 

Su obra explora las implicaciones formales de los modelos de economía dinámica en los que los que toman decisiones afrontan entornos de incertidumbre.

 

Hansen dirige el Instituto Becker Friedman, dedicado a la investigación económica, preside el Consejo de Investigación y fue uno de los principales impulsores del Instituto Milton Friedman, del que fue su primer director.

 

Shiller, un economista famoso por haber advertido sobre las burbujas en el sector de la vivienda y en las acciones de empresas tecnológicas, dijo que reaccionó con incredulidad cuando recibió la llamada telefónica de la Academia el lunes en la mañana.

 

“Muchas personas me habían dicho que esperaban que yo lo ganara, pero como sabía de la existencia de muchas personas valiosas más, lo di por descartado; dije no, y no lo esperaba”, manifestó Shiller.

 

Con respecto de su reacción al enterarse de la distinción que recibió, Shiller declaró que sólo hizo una llamada por teléfono tras recibir la información, a su hermano, que vive en la ciudad de Detroit.

 

Shiller preguntó: “Ya escuchaste la noticia”, a lo que su hermano respondió: “Sí, perdieron los Tigres”.