A lo largo de su historia, México ha distinguido sus mesas con productos animales y agrícolas que exponen su diversidad natural, y que al mismo tiempo marcan las coordenadas que definen su relación con el medio ambiente.

 

El valor intrínseco y cultural de estos productos mantiene una parte generosa de la identidad de un pueblo, y trascienden a la vez en las ricas interpretaciones que han tenido en otras sociedades del mundo.

 

Tierra de símbolos y mitos, de lenguaje florido entre los hombres y los dioses, Mesoamérica es escenario de una historia épica en la que la alimentación, como otros aspectos de la vida social, tuvo un carácter ritual, con elementos íntimamente ligados en la definición del cosmos.

 

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