¡No hay protocolos de seguridad en la Armada!, nos confiaba ayer un alto miembro de la Marina.

 

El personaje se revolvía entre el enojo y la indignación por el asesinato del vicealmirante Carlos Miguel Salazar Ramonet y preguntaba: “¿De qué te sirven los escoltas si no traes un vehículo blindado? ¡Hasta los policías lo traen! ¿Cómo no lo trae un comandante de zona?”

 

Luego, agregaba, todos los vehículos de la Armada son iguales: blancos y con placas de la Marina. “¿Por qué no los mimetizas? Tú mismo los estás identificando. Si fueran blindados eso no importaría, pero no es el caso”.

 

Segundo, apuntaría, “si se desvía de su ruta, ¡no hay protocolo de seguridad! Debió haberse esperado (ante el bloqueo) y no meterse en un camino de terracería, sobre todo tratándose del estado en el que estaba circulando, que no era cualquiera cosa”.

 

Tercero: Si Salazar Ramonet estaba de vacaciones, ¿por qué llevaba el vehículo de la Armada -cuyas placas lo identificaban como tal- y no uno particular para pasar desapercibido?

 

Desde su punto de vista, lo que ocurrió en el camino que conduce a la comunidad de Las Cruces, en Michoacán, fue una emboscada: “Vieron el vehículo, ven que se va por la brecha, informan (por radio o algún otro medio) y es como lo esperan…Y eso es porque está identificado el vehículo”.

 

Resume: “Fue una irresponsabilidad. Si hubiera quedado vivo (el vicealmirante) lo arrestan por irresponsable”.

 

Quizás por todo lo anterior, el secretario de la Marina, Vidal Francisco Soberón mencionaría ayer en su discurso -durante la entrega de menciones honoríficas a miembros del Ejército, Armada y Fuerza Aérea- que el asesinato del vicealmirante y del segundo maestre, Ricardo Hernández Mercado, obligaba a la dependencia que encabeza “a trabajar con mayor profesionalismo”.

 

-0-

 

EL HOMENAJE, UN EXCESO.- La crítica de hoy al presidente Enrique Peña Nieto (y al secretario de Marina) es la misma que se hizo en su momento a Felipe Calderón al inicio de la “guerra” contra el narcotráfico, cuando comenzó a declarar “héroes” a los soldados caídos y realizó grandes homenajes para ellos.

 

“Estuvo mal hacer esa ceremonia tan pomposa porque no son ningunos héroes”, comentarían distintas voces de la Armada.

 

“Cuando alguien con mando cae, el protocolo lleva a rendir honores en la zona naval y ya. A nivel local. O en un velatorio. Se puede incluso mandar hasta la banda de música para tocar la Marcha Fúnebre, ¡pero no llevas al Presidente de la República y al secretario! Para la guardia se mandan marinos u oficiales de su unidad. Y eso porque murió alguien que tenía mando”, referirían.

 

-0-

 

UN GOLPE MUY FUERTE.– En la Armada reconocen que el asesinato del vicealmirante Salazar Ramonet  es “un golpe muy fuerte” para la institución y para el ánimo de sus integrantes.

 

Pero no sólo para ellos, comentan, pues a diferencia de los casos del general Mauro Enrique Tello Quiñones (asesinado en febrero del 2009 en Cancún) y del general Arturo Acosta Chaparro (asesinado en abril del 2012 en el DF) -destacan-, Salazar Ramonet “estaba en activo y con cargo”.

 

Mencionan por otra parte que el hecho de que los sicarios de los Caballeros Templarios cobren siete mil 500 pesos mensuales por su “trabajo” (en este caso, “no es para asombrar”:

 

“Las grandes sociedades de criminales y los grandes capos no hacen ellos las cosas –apuntan-, usan a las pandillas. Eso ocurre desde hace muchos años, no es un problema nuevo. Sobre todo en estados como Michoacán y Durango que tienen más de 50 años de vivir de la droga, principalmente la marihuana”.

 

-0-

 

GEMAS: Regalos del reaparecido Durito, el escarabajo de la selva Lacandona creado por el subcomandante Marcos: “Los partidos políticos institucionales son el bioshacker de la lucha por la libertad”.

 

“Un político es como un zombie con un letrero de ‘vegetariano radical’, y cualquiera que sea su lema de campaña en el fondo es: ‘sigo siendo el mismo pero ahora me voy a portar bien’”.