El nódulo tiroideo que retirarán la próxima semana al presidente Enrique Peña Nieto es benigno, aseguró el jueves personal de su oficina que no prevé la designación de ningún funcionario encargado durante la operación del mandatario.

 

Un funcionario de la presidencia dijo a la agencia The Associated Press que con anterioridad se hizo una biopsia que determinó que el nódulo no es maligno y la intervención quirúrgica será exclusivamente para extirparlo. El funcionario no estaba autorizado a ser identificado por políticas internas.

 

La presidencia informó la víspera que la operación se llevará a cabo el 31 de julio en el Hospital Central Militar, en la ciudad de México, y que la duración programada es de una hora y media.

 

Posteriormente, el mandatario permanecerá cuatro días en recuperación en la residencia presidencial, lapso durante el cual sólo tendrá reuniones de trabajo privadas.

 

El funcionario de la oficina del Ejecutivo que comentó a la AP sobre la biopsia dijo también que no se tiene contemplado que se designe a ningún funcionario a cargo mientras dura la operación.

 

Añadió que luego de la operación el presidente estará en funciones normales.

 

La constitución mexicana no establece ningún procedimiento en caso de que el presidente sea sometido a una operación.

 

En su artículo 84 sólo refiere la hipótesis de una “falta absoluta” del mandatario, en cuyo caso señala que el Congreso nombrará a un presidente interino o sustituto en un término no mayor a 60 días, periodo durante el cual el secretario de Gobernación asumirá de manera provisional la función de titular del Ejecutivo.

 

En 2003 se dio un caso similar cuando el entonces presidente Vicente Fox fue sometido a una cirugía de espalda tras detectarle un disco herniado.

 

En aquella ocasión el mandatario, que recibió anestesia general, permaneció algunos días en el Hospital Central Militar. Horas antes de ser internado, Fox canceló sus actividades y dejó a cargo a los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores.