RÍO DE JANEIRO. El papa Francisco recibió hoy las llaves de Río de Janeiro en una ceremonia celebrada en el ayuntamiento de la ciudad, tras la cual bendijo la bandera olímpica y paralímpica Río de Janeiro 2016 desde el balcón del edificio, acto al que asistieron numerosos atletas brasileños.

 

La ciudad carioca será sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y de los sucesivos Juegos Paralímpicos.

 

El papa fue recibido por el alcalde de a ciudad, Eduardo Paes, y los responsables olímpicos brasileños.

 

Las banderas fueron presentadas al papa por dos atletas colocados a ambos lados del balcón que da al jardín del ayuntamiento.

 

Tras un breve rezo, el papa esparció el agua bendita, tras lo cual los presentes, entre ellos atletas paralímpicos en silla de ruedas, aplaudieron.

 

El papa les bendijo, así como a sus familiares, amigos y vecinos y después, en su línea, les pidió que recen por él.

 

Antes de la bendición, el alcalde de la ciudad le entregó las llaves de la ciudad, que previamente entregó al edil un atleta en sillas de ruedas.

 

Es la primera vez que un papa toma contacto directo con los Juegos Olímpicos, aunque ya en el pasado otros se interesaron; como el papa Pío XII que a través de su secretario de estado, el español Rafael Merry del Val, apoyó la iniciativa del barón De Coubertin para establecer los juegos olímpicos de la era moderna.

 

Tras este evento, el papa se trasladó a Varginha, en el complejo de favelas de Manguinhos, lugar hasta finales del pasado año controlado por bandas de narcotraficantes y ahora una zona recuperada para la ciudad.