En los últimos cinco años la agencia antinarcóticos estadunidense DEA estableció como objetivos prioritarios Los Zetas y el Cártel de Sinaloa. El gobierno de Felipe Calderón les permitió interceptar teléfonos, realizar operaciones de seguimiento y vigilancia, y gracias a ello lograron penetrar, a través de informantes, las filas de ambos grupos.

 

En el caso de estos informantes nunca llegaron a ser registrados, como ordena las reglas de la DEA, porque no se les pagaba un dinero a cambio de la información, el acuerdo era tener información válida para atacar a capos y grupos del crimen organizado de alto nivel, el beneficio de quienes proporcionaban los datos era limpiar su camino.

 

Uno de los primeros casos, explicaron funcionarios consultados, fue el de Teodoro García Simental El Teo, quien era sicario del Cártel de los Arellano Félix, hasta la captura de Eduardo Arellano Félix en 2008, a partir de entonces se alió con la organización de Sinaloa.

 

El Teo fue detenido en La Paz, Baja California el 12 de enero de 2010, en ese momento los investigadores mexicanos descubrieron que era informante de la DEA, porque se entrevistaron con él a solas, en varias ocasiones, y de la información que obtuvieron nada dijeron a los agentes de la PGR, sólo se reportó que personas cercanas a García Simental debían ser protegida y así fue.

 

Teodoro García fue trasladado al penal del Altiplano acusado de delitos contra la salud y delincuencia organizada, y se le atribuyen por lo menos 300 ejecuciones ocurridas durante el 2008, pero no tiene todos esos cargos en los procesos judiciales que enfrenta.

 

Otro en la lista de la DEA fue Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, quien de acuerdo con funcionarios de primer nivel del gobierno federal proporcionó información de sus enemigos, bajo las mismas condiciones, sin recibir dinero, sólo el beneficio de que fueran detenidos o abatidos a quienes denunciaba.

 

José Treviño Morales, hermano del Z-40, fue otro de los que proporcionó información a los agentes de Estados Unidos a cambio de recibir una sentencia menos severa y que su familia no fuera acusada. La propia acusación demuestra cómo desde 2008 informantes dentro de Los Zetas reportaron sobre las operaciones de lavado de dinero, propiedades y cómo se movían entre México y Estados Unidos.

 

Los fiscales presentaron pruebas desde 2008 al 2012 en el que se demuestra el uso de dinero, proveniente del narcotráfico para la compra y mantenimiento de caballos cuarto de milla, además de la creación de empresas falsas para el lavado de dinero.

 

En mayo pasado, José Treviño Morales y tres de sus cómplices fueron encontrados culpables por lavado de dinero en una corte de Austin, Texas y fueron sentenciados a 20 años de prisión. Había sido detenido en junio de 2012 por agentes de la DEA en Rancho en Oklahoma.

 

Nada de la información que obtuvieron los funcionarios antinarcóticos ha sido compartido con los agentes mexicanos, de acuerdo a las fuentes, han obtenido, coincidieron, información sesgada y fraccionada, sólo cuando les interesa un objetivo a la DEA es más completa.

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