Una célula delictiva presuntamente al servicio del Cártel del Golfo, conformada con al menos tres ex policías, dos preventivos del Estado de México y un agente federal, fue desarticulada luego de las denuncias de amenazas y extorsión contra clientes y comerciantes de la Central de Abastos, ubicada en la delegación Iztapalapa, donde pretendían asentar su dominio.

 

“En entrevista con Policía de Investigación, los inculpados refirieron pertenecer a una célula de una organización criminal del Golfo y  la encomienda era controlar la Central de Abastos exigiendo diversas cantidades de dinero, a cambio de no atentar contra la integridad física de las personas, así como de sus bienes”, subrayó el procurador capitalino, Rodolfo Ríos Garza.

 

De acuerdo a la investigación de la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJDF), la presencia de esta célula tenía alrededor de un mes, misma fecha en que se dio inicio con las indagatorias.

 

Referente al modus operandi, el procurador Ríos Garza precisó que los presuntos extorsionadores abordaban a los clientes y transportistas para ofrecerles “seguridad y protección” a cambio de un pago de 2 mil pesos por unidad, con lo cual les entregaban una calcomanía y una  tarjeta de identificación que les permitía trasladarse de la ciudad de México a Chilpancingo, Guerrero.

 

La detención realizada por agentes de la Policía de Investigación de la PGJDF, en coordinación con autoridades de la Central de Abastos, se efectuó en uno de los estacionamientos de dicho inmueble, cuando se encontraban a bordo de un vehículo negro tipo Cavalier, donde se les encontraron cinco armas de fuego, según informó la dependencia.

 

De acuerdo con las autoridades, los probables responsables intentaron sobornar a los agentes para evadir su detención, sin embargo, fueron aprehendidos e identificados como Héctor Javier Domínguez Castro y Jesús Caballero Osorio, ambos ex policías preventivos del Estado de México; además se aprehendió a Joel Ferrer Cruz, ex policía federal; César Valentín García Aguilera, y Luis Artemio Pérez Herrera.

 

Con la integración de las pruebas al expediente, la Fiscalía Central de Investigación los consignó ante un Juez Penal del Reclusorio Preventivo Oriente, por los delitos de extorsión agravada en pandilla, cohecho y portación de arma de fuego.

 

“Grupos criminales canadienses están negociando directamente con los delincuentes y organizaciones criminales en México, un país que lucha contra la corrupción y la violencia brutal”, dice el documento.

 

En abril del 2012, Thomas Gisby, un hombre de la provincia de Columbia Británica conocido por sus vínculos con pandillas, fue asesinado frente a una cafetería de Nuevo Vallarta. Tres miembros de un grupo conocido como United Nations Gang y dos personas que supuesto vínculos con los Hells Angels también fueron asesinados en México.

 

En el mismo momento, las intercepciones de cargamentos de drogas con destino a Canadá “apuntan con las posibles conexiones entre las redes del crimen organizado mexicanas y canadienses”, afirma la policía montada.