El arte imita a la vida y algunas veces la vida sorprende. Y así ocurrió cuando la mafia reaccionó al verse retratada en la exitosa serie televisiva Los Soprano. Un capítulo reproduce las tribulaciones de un jefe criminal de Nueva Jersey y su familia por los juicios con el gobierno de Estados Unidos. Ese diálogo, grabado por la Agencia Federal de Investigación (FBI) entre cuatro miembros de la familia mafiosa DeCavalcantes, en el invierno de 1999, fue reproducido por el escritor Anthony Bruno en su texto: Los Sopranos de la Vida Real y publicado por el periodista especializado en la mafia, Jerry Capeci en su columna on line Gang Land.

 

Esa escucha desclasificada por el FBI, exhibe cómo los mafiosos se quejaban por la falta de respeto que recibían de las otras familias de Nueva York. Esa misma conversación, grabada por los federales se reprodujo en un capítulo de Los Soprano; al leerla imaginemos la expresión de Tony Soprano.

 

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Rotondo & Sclafani

 

 

–          Hey ¿qué ching… es esta cosa de Sopranos?

 

Pregunta el soldado Joseph Tin Ear Sclafani.

–          ¿Qué ching… son ellos? ¿Se supone que somos nosotros?

–          Ustedes están ahí. Mencionaron tu nombre ahí.

Responde el capo Anthony Rotondo que aparentemente era fan de la serie.

¿Sí? ¿Y qué dijeron?

Pregunta Sclafani.

Un tercer sabelotodo identificado en las transcripciones del FBI como “Billy” responde:

–          ¡Miren a ese chico, miren a ese chico!

Aparentemente Billy bromea porque el cuarto hombre en el auto comienza a reír. Era el único que llevaba el alambre escondido.

Rotondo dice.

–          Cada capítulo que ves, más y más reconoces a alguien. En cada capítulo.

Y Sclafani responde

–          Sí, pero no soy yo. Ni siquiera existo ahí.

La discusión de los mafiosos en Los Soprano concluye con la frase de Rotondo:

–          ¡Qué personajes. Gran actuación!

Sclafani no parecía ofendido cuando supo que fue la fuente material para la serie. De hecho, su actitud parecía ser justo lo contrario.

 

¿Quién es Tony Soprano?

 

Seguramente David Chace, el creador de la serie Los Soprano,  nunca pretendió convertir en héroes a los mafiosos, pero Tony Soprano, en quien recayó el peso de la serie, sí se convirtió en el ícono del gángster del siglo XXI. Jefe de una familia mafiosa, con subordinados y ascendentes, la vocación profesional del personaje no se distancia de sus homólogos de la primera mitad del siglo pasado. Es decir, comete los mismos delitos, con las mismas complicidades y sobrevive a las mismas amenazas.

 

Quizás la única diferencia con el personaje contemporáneo radique en que Tony es un ser que transpira, se acongoja y teme, aunque viva en un suburbio bastante respetable de Nueva Jersey, y tal vez por esa razón despertó la fascinación del público que lo consideró un ser angustiado más que logra ser exitoso en una parte de su vida.

 

¿Quién es Sam DeCavalcante?

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El patriarca, Sam DeCavalcante, sería el alter ego de Tony Soprano.

 

Aunque controlan el crimen organizado en Nueva Jersey (Elizabeth y Newark), los miembros de esta influyente familia prefieren vivir en Manhattan, al otro lado del río Hudson. Los DeCavalcante son multidisciplinarios: extorsión, lavado de dinero, tráfico de drogas, juego ilegal, agio, sicariato, control de construcciones y sus materiales, secuestro y reventa de bienes robados.

 

Son también parte importante de la firme red de cinco familias de Nueva York que incluye a la de Filadelfia, la Patriarca de Boston, gran parte de la de Nueva Inglaterra. También mantiene estrechos vínculos con la familia DiMeo, que habría sido en la que se inspiró la serie de Los Soprano.