Del presupuesto total de educación, 60% se destina a preescolar, primaria y secundaria, aunque la matrícula y la cobertura no aumentaron en la última década; mientras, al bachillerato se asigna sólo 12% de los recursos de la SEP, a pesar de la creciente demanda en los últimos años.

 

Con base en un estudio para analizar la distribución del presupuesto, Francisco Landero (FL) , presidente de la asociación Suma x la Educación, y Héctor Villarreal (HV), director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria plantearon la necesidad de reorientar el gasto a la educación media superior.

 

En entrevista, aseguraron que México entró tarde al tema, pues se debió discutir hace 30 años. Sin embargo, todavía hay tiempo para empezar a invertir recursos en el bachillerato y esperar los resultados en los siguientes 10 años.

 

¿Por qué el interés ahora de analizar el tema de presupuesto a educación?

 

FL: Como país vamos tarde en el tema educativo. Nosotros decidimos, a partir de que sale esta reforma educativa propuesta por el Presidente y los partidos políticos, complementarla y participar en este otro tema del gasto educativo. No es que estemos llegando tarde a hablar de un tema de presupuesto, lo que pasa es que la reforma educativa llegó tarde y sin reforma con qué sentido hablábamos del gasto.

 

En el  estudio encontraron que en 10 años el presupuesto aumentó, pero no la cobertura ni la matrícula. ¿En qué se está gastando?

 

HV: En promedio 90% del gasto del sistema educativo se va a sueldos. Pero en educación básica puede ser hasta 97% en sueldos y prestaciones, así que olvídate de expansión.

 

Cuando te vas a  media superior sí hay un esfuerzo importante. Se está gastando alrededor de 80% en sueldos y 20% en infraestructura y eso está muy bien porque estamos teniendo fuertes presiones por el lado de la demanda.

 

¿Cómo lograr que este 20% en educación media superior coadyuve a combatir la deserción?

 

HV: Nosotros hemos explorado lo que los economistas llaman costo de oportunidad. Hacíamos la otra vez una simulación donde si tú le das una beca a los jóvenes se quedaban estudiando. Lo interesante es con estos años extra de escolaridad, a la vuelta de la esquina su participación en el mercado formal y el incremento de sus ingresos laborales eran más que suficientes para compensar al gobierno lo que les había dado vía beca.

 

FL: Reforzando esta idea hay que analizar los programas de becas. Cuando se revisa por qué ocurre la deserción, el factor económico es el principal, pero no es el único. Cuando uno pregunta, un 40% responde que dejó la escuela por los aspectos económicos pero hay un 60% que está fragmentado en diversos problemas: violencia, migración, no le encuentran sentido a los estudios con el mercado laboral.

 

¿Cómo destinar menos a los sueldos, o destinar los recursos que se sumen al presupuesto educativo a otras necesidades que no sean gasto corriente?

 

FL: Hay una frase: “que no haya ilusos para que no haya desilusionados”. Sería iluso decir que se va a disminuir la plantilla de personal o que vamos a bajar salarios, eso no sería políticamente factible. Pero sí se puede poner un alto y que no haya un crecimiento desorbitado en la nómina de educación básica. ¿Cuál podría ser la propuesta? Justamente que la nómina ya no crezca en educación básica, pero sí crezca en educación media superior y allí ir haciendo poco a poco esos equilibrios.

 

Ayer el rector de la UNAM declaró que ya no hay espacio en bachillerato. ¿Qué debe hacer el Estado para atender a todos estos jóvenes?

 

HV: La distribución de los recursos en educación media superior es un relajo. Hay que replantear muchas cosas y a lo mejor cosas que no nos encanta reconocer. Tenemos que ir a una discusión del sistema de educación media superior, como parte de la gran política de este sexenio.

 

La sobredemanda de la UNAM es porque la gente quiere entrar a la UNAM y el pase automático es sumamente atractivo. Yo no intento atentar contra la autonomía de la UNAM, pero valdría la pena pensar en separar los sistemas (bachillerato y universidad).