¿A cuántos cardenales, obispos y sacerdotes mexicanos les quedará la descripción del papa Francisco sobre los “trepadores” de la Iglesia que con sus ambiciones y su estilo de vida opulento dañan a la comunidad eclesial a la que dicen servir? Varios nombres vienen a la mente desde los más altos purpurados, hasta obispos de varias ciudades o curas que, en su afán de escalar en la jerarquía católica y en la sociedad, se sirven de los feligreses a los que deberían servir.
Juan Sandoval Íñiguez, Norberto Rivera, Onésimo Cepeda, José Guadalupe Martín Rábago y Alfonso Cortés, por mencionar algunos nombres de la curia mexicana que han protagonizado escándalos por sus estilos personales y de vida que contrastan con la imagen de humildad y austeridad que ha impuesto desde su llegada al cargo el nuevo Papa, quien ha predicado, con el ejemplo y en sus mensajes y homilías, la sencillez y la cercanía con los más pobres como la línea de acción que debe regir a la Iglesia católica mundial.
“Los hombres y mujeres de la Iglesia que son ambiciosos, trepadores que usan a la gente, la Iglesia, hermanos y hermanas, aquellos a quienes deberían servir, como un trampolín para sus propias ambiciones e intereses personales, causan un grave daño a la Iglesia”, afirmó Francisco en un discurso que pareció estar no sólo enviando a sacerdotes, monjas y obispos, sino también a burócratas en el Vaticano.
¿A cuántos cardenales, arzobispos, obispos o sacerdotes mexicanos es común ver en las comunidades más pobres llevando auxilio material o espiritual a los necesitados? Claro que los hay, pero por desgracia son los menos. Es mucho más común ver a los grandes jerarcas católicos departir y convivir con los hombres del poder, con millonarios empresarios que lo mismo les dan generosas limosnas, que les prestan sus aviones privados para viajar cómodamente, por no mencionar los casos de ministros que acuden a oficiar sacramentos a presuntos delincuentes y miembros del crimen organizado.
Aunque en la Iglesia mexicana también hay un ala social más identificada con la llamada Teología de la Liberación, que data desde la época del obispo Sergio Méndez Arceo en Morelos y después en la diócesis de San Cristóbal con el obispo Samuel Ruiz y ahora con el obispo de Saltillo Raúl Vera, históricamente esa tendencia social ha sido relegada y ha predominado en la alta jerarquía nacional las tendencias conservadoras donde se favorece más el entendimiento de la Iglesia con los poderosos y a favor de sus causas.
Para muchos jerarcas mexicanos la nueva doctrina de humildad y austeridad predicada por el Papa representa toda una crítica a su estilo de vida y a la forma de ejercer su ministerio, por lo que será interesante ver si este tipo de mensajes como el que ayer envió el jefe de la Iglesia católica permean en el clero católico, porque significan todo un replanteamiento y un cambio radical en la concepción que muchos de los jerarcas y sacerdotes tienen de su ministerio.
“Aprendemos la pobreza de los humildes, los pobres, los enfermos”, dijo el papa Francisco y pidió a los miembros del clero evitar los “ídolos del materialismo”, al mismo tiempo que les advirtió: “No estamos interesados en una pobreza retórica”.
Así que el mensaje está dado y es más claro que el agua. Humildad y pobreza no son dos palabras que describan hoy a muchos miembros del alto clero mexicano, que encajan más en la definición de “trepadores y ambiciosos” dada por el papa Francisco. ¿Cambiarán esos jerarcas en sus viejos estilos y su mentalidad para adaptarse a los nuevos tiempos y a la nueva doctrina que les dicta Roma? Está por verse.
NOTAS INDISCRETAS… La imagen de ayer, en la presentación de la reforma financiera, no pudo ser más clara: al centro del presídium el presidente Enrique Peña Nieto y a ambos lados del mandatario los presidentes del PAN, Gustavo Madero, a la derecha, y Jesús Zambrano, a la izquierda; después todos los funcionarios e invitados al acto. Es decir, que después de la faena que metió al Pacto por México en estado de coma por un par de semanas, la fuerza de los dos líderes opositores en esa mesa creció y ahora son ellos los que tienen la iniciativa y ya no el gobierno ni el PRI. Cosas de la política… Agitamos los dados. Cayó Escalera.