Una vez más las redes sociales lograron desenmascarar a otro hija de funcionario público que pretendió abusar del poder político de su padre, y (a veces) económico, para usarlo en beneficio personal, lo que no ha dejado otra cosa que notas periodística que causan revuelo y afectan la imagen del influyente papá consentidor.

 

Las más de las veces estos asuntos son triviales y jamás debieron haber salido de la esfera de lo privado, pero en un arranque de prepotencia y un poco de ingenuidad, las hijas de los que tienen el poder piensan que están por encima de la ciudadanía y se les debe dar un trato diferente y especial.

 

El caso más reciente es el de Andrea Benítez González, ahora conocida como la #LadyProfeco, pues el pasado viernes 26 de abril pretendió usar el poder de su padre, Humberto Benítez titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), para clausurar el restaurante Maximo Bistrot, donde no le quisieron dar la mesa que ella quería, la cual ya estaba ocupada.

 

El caso pudo haberse quedado en una discusión de restaurante como las hay en todos lados, pero no, la hija del titular de la Profeco quería echar mano del puesto de su padre, de filiación priista, para hacer alarde y mostrar que contra ella nadie.

 

Benítez González llegó al local, ubicado en la colonia Roma de la Ciudad de México. Seleccionó la mesa de su agrado, una en la terraza. Al ver que no la atendían y que al hacerlo le ofrecieron otra mesa dentro del establecimiento, la bomba detonó y entonces Andrea Benítez amenazó con hacer cerrar el restaurante.

 

Así fue, al irse Benítez González, airada y enfurecida, inspectores de la Profeco llegaron al restaurante para colocarle los sellos de clausurado por supuestas irregularidades, mismos que fueron retirados este jueves por la tarde.

 

De no haber sido por las redes sociales, principalmente twitter, donde surgió el hashtag #LadyProfeco, el caso no hubiera resultado tan escandalosamente público, ni tampoco hubiera saltado al plano político, pues hasta el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, tuvo que salir a defender a Humberto Benítez Treviño, quien a su vez tuvo que ofrecer una disculpa pública por la prepotencia de su hija.

 

“Por instrucciones del Presidente de la República, el encargado de despacho de la Secretaría de la Función Pública ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos que derivaron el viernes pasado en el operativo de verificación realizado por Profeco en el restaurante Maximo Bistrot de la Colonia Roma”, escribió Guajardo en su cuenta de twitter.

 

Para entonces el titular de la Profeco ya había escrito en la misma red social: “Mi sincera disculpa por la conducta inapropiada de mi hija y la sobrerreacción de los verificadores de @Profeco. Privilegio sólo para la ley”.

 

Ante esto, hubiese sido cínico si no, la #LadyProfeco también tuvo que extender una disculpa a los propietarios del restaurante: “Quiero ofrecer disculpas a quienes fueron incomodados el pasado viernes en @MaximoBistrot me siento muy apenada por lo que pasó”.

 

Pero Andrea Benítez González, ahora conocida como #LadyPorfeco, no es la única de la lista de hijas que incomodan a sus padres con “actitudes inapropiadas”, como escribió Benítez Treviño, hay muchos más, y seguro que otros se unirán con el paso del tiempo.

 

 

El saludo de la hija del presidente

 

Paulina Peña Pretelini, la hija del ahora presidente de México, Enrique Peña Nieto, también protagonizó una polémica que pudo haberse evitado y que además surgió en el momento menos idóneo: la recta hacia las elecciones presidenciales del año pasado.

 

El enojo de la ciudadanía surgió cuando la joven retuiteó un mensaje en el que el autor del mismo, que se dijo era su novio, llamaba “prole” y “pendejos” a todos aquellos que no simpatizaban con su padre y más aún que eran críticos con él.

 

“Un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole (proletariado) y solo critican a quien envidian”, acusaba el tuit defensor del ahora jefe del Ejecutivo federal.

 

El autor del mensaje se vio motivado a escribirlo porque en aquel entonces, diciembre de 2011, ocurrió un famoso episodio en la vida política del país.

 

Las burlas se habían volcado sobre el candidato Peña Nieto cuando en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde presentó su libro, pues un reportero le preguntó por tres libros que habían marcado su vida, a lo que el abanderado presidencial no atinó a responder, titubeó y confundió autores.

 

Peña Nieto mencionó La Biblia y La Silla del Águila, que atribuyó al historiador Enrique Krauze, cuando en realidad es una novela de Carlos Fuentes.

 

El retuir de Paulina Peña provocó enojo y pronto los hashtag #prole, #soyprole y #ForeverProle se volvieron muy populares a nivel nacional.

 

La hija de Peña Nieto cerró su cuenta y su padre envió un tuit de disculpa: “El RT de Paulina fue una reacción emotiva por mi error en la FIL. Definitivamente fue un exceso y me disculpo públicamente por ello”.

 

Poco después, en una reactivada cuenta, Paulina Peña también pidió perdón:

 

“Quiero ofrecer una disculpa de todo corazón. Mi intención con ese RT jamás fue ofenderlos. Reconozco que hice mal y lo lamento. Fue un impulso de mi parte al leer algunos tweets que ofendían a mi papá y a la memoria de mi mamá. Hoy aprendí una gran lección”.

 

(Foto: Cuartoscuro)

 

 

Los lujos gustos de la hija del sindicalista

 

Hace un año, se dio a conocer que Paulina Romero, hija de Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de los Trabajadores Petroleros de la república Mexicana, que aglutina a los sindicalizados de Petróleos Mexicanos (Pemex), se daba una vida de desmedidos lujos.

 

Este caso también se desató a partir de un medio digital: el Facebook, pues fue ahí donde la hija del líder petrolero presumió sus viajes por todo el mundo, bolsos de miles de dólares, aviones privados y yates que forman parte del estilo de vida, que logra darle su progenitor, de quien se sabe tiene un sueldo de 24 mil 633 pesos mensuales, incluyendo prestaciones.

 

En algunas fotografías se le veía portando bolsos Hermés de miles de dólares, las que considera sus “bolsas del Superama”.

 

En otra imagen, la joven muestra un bolso Louis Vuitton Lockit PM Suhali. Este accesorio fue de edición limitada en el 2007 y tuvo un precio de lanzamiento de 51 mil 500 pesos.

 

Fue así que se supo que Paulina Romero disfrutó de comidas en los restaurantes más sofisticados de México, el Nobu, propiedad de Robert de Niro, a donde ha ido acompañada por Jamil Nacif, hijo del empresario Kamel Nacif, con quien también ha vacacionado en Acapulco.

 

A diferencia de los otros dos casos, en éste no hubo disculpas públicas ni muestras de remordimiento.

 

(Foto: Tomada de Facebook) 

 

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