No han terminado. De hecho, apenas están encaminadas luego del desalojo, el jueves 1 de mayo a las 8:20 de la mañana, de la Torre de Rectoría de la UNAM.

 

La salida de los 14 jóvenes encapuchados, luego de 13 días, fue presentada cinco horas después por el doctor José Narro como un éxito de sus gestiones para llevar el problema hacia el diálogo. Antes, tanto ex rectores de la UNAM como gran parte de la comunidad universitaria, académica y estudiantil, le exigían que actuara en ley -que es decir, aplicar el Estado de Derecho con respeto a la autonomía- y que recuperara ese espacio emblemático de la vida universitaria mexicana.

 

Pero va a ser muy difícil ese amoroso diálogo el jueves 9 de mayo a las 13:00 horas en las Islas de CU, porque simplemente los muchachos enmascarados no quieren diálogo y sí la confrontación.

 

Quieren el desahogo de acusaciones y motivar reacciones frontales. Los jóvenes embozados desean hacer más grande su movimiento a través de su nacionalización y en alianza con grupos radicales en estados clave como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán: de hecho, ya cuentan con esos apoyos, evidentes o soterrados: es cosa de esperar… esperar…

 

El gobierno mexicano ya sabe quiénes son estos jóvenes beligerantes. Lo informó a la Rectoría universitaria y eso fue parte de la negociación para el desalojo de las instalaciones. Lo sorprendente es que la comunidad universitaria se haya polarizado, en particular entre grupos radicales internos, como algunos estudiantes de Ciencias Políticas que apoyaron la toma de Rectoría, en tanto que otras facultades, como la de Derecho, exigían la salida.

 

Los embozados no dan la cara porque muchos no son lo que dicen ser: jóvenes estudiantes que quieren reivindicar temas de su interés estudiantil o académico. De pronto, los encapuchados exigieron la reinstalación de estudiantes de CCH que participaron en los hechos violentos del 1 de febrero en Naucalpan, luego pasaron a exigir que no se tomaran represalias contra ellos por la toma del edificio de la Rectoría y de ahí exigen revisar el programa de estudios de CCH y seguirán muchos más pretextos para no llegar a conclusiones.

 

¿Con quiénes van a dialogar el rector Narro y las autoridades universitarias? ¿Con quienes ya se conocen y se saben sus intenciones de confrontación radical o con estudiantes que miran a los ojos y que exigen y que quieren soluciones a problemas concretos, claros y definitivos? Dice el rector que no dialogará con enmascarados. ¿Y si no se quieren quitar las máscaras, como será, o si se las quitan y no son lo que dicen ser?

 

El rector tiene una tarea difícil por estos días: sentarse a hablar con quienes estarán ahí -si es que antes no inventan algún pretexto para no ir-, pero lo cierto es que su entrevista será con quienes están detrás de los “embozados” aunque no estén ahí… y esos tampoco quieren diálogo.

 

El rector intentará la no polarización de la población universitaria y sí el predominio del diálogo para solucionar problemas universitarios, pero se da el caso que éste no es un problema universitario sino político con grupos “anarquistas”.

 

¿Anarquistas? ¿De dónde?

 

Ahora resulta que los encapuchados que han proliferado en México a partir del 1 de diciembre pasado son “anarquistas” y que, por lo mismo, se enfrentan a toda autoridad y quieren la desaparición del Estado entendido como gobierno y que…

 

En ningún momento ellos se han definido como “anarquistas”. Esta es una etiqueta que algunos medios les han impuesto para identificar a lo no identificable: jóvenes o gente madura embozados que enfrentan a la autoridad y la agreden. Si fueran anarquistas no hubieran aceptado un diálogo con la autoridad universitaria, a la que desconocerían y negarían hasta tres veces.

 

El anarquismo tiene una larguísima historia desde que Lao Tsé se opuso al Estado y desde que en 1793 el inglés William Godwin publicara su Investigación acerca de la justicia política, en la que presentaba una sociedad libre y contestataria del Estado, y de ahí en adelante, pasando por Fourier, Proudhon, Owen y más que oscilan entre el socialismo utópico y el anarquismo, incluidos los hermanos Flores Magón a quienes los anarquistas contemporáneos criticaron porque a su movimiento le dieron forma de Partido Político (PLM), cosa inaceptable para ellos.

 

No. Para nada. Estos señores no son anarquistas. Tan sólo enfrentan a toda autoridad de gobierno sin explicar a nadie alguna propuesta de “sin gobierno y sin autoridad, con sentido individual o colectivo o comunitario” como es propio del anarquismo; de la misma forma que ocurre con los emboscados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán.

 

Mucho menos son a tono de izquierda o socialistas -aunque fuera utópico, para estar cercanos al anarquismo. Ya se ha visto que, incluso, han confrontado al PRD y se desligan de los grupos de izquierda mexicanos. Y si no son ni anarquistas, ni socialistas y mucho menos comunistas, ¿entonces qué son? Lo más próximo por sus hechos es un movimiento de ultraderecha radical. Lo que querría decir que el capital está detrás de ellos… Mmmm.

 

Obama se salió con la suya

 

Ya todo estaba planeado y el presidente de Estados Unidos de América, Barak Obama, en su viaje de casi un día por México, vino a ratificar los acuerdos previos entre funcionarios mexicanos y estadunidenses en materia de seguridad:

 

México nunca se ha negado a una cooperación mutua para solucionar el problema del narcotráfico criminal aquí; pero tampoco quiere repetir la historia de la gestión del Presidente Cruel, la del sometimiento en todo y por todo. De ahí que no lo acompañara su gabinete de Seguridad.

 

Así que seguirá la vigilancia de los intereses de EU por su seguridad nacional en nuestro país y México tendrá un solo gestor para hablar con ellos y buscar apoyos conjuntos para abatir la criminalidad:

 

No a la intromisión de temas nacionales -como el caso de la que dijeron era una bomba en Pemex: No la reserva de información para uso exclusivo de ellos: No a que los agentes estadunidenses anden por México como Pedro por su casa y sí a que exista un registro identificado, fueron algunas de las propuestas mexicanas. Ya veremos.

 

Obama vino a tomarse la foto latinoamericana, para uso doméstico. Lo demás está en los acuerdos y acaso en lo que se diga en el comunicado conjunto, o discurso oficial.

 

A Miguel Ángel Mancera…

 

Jefe de Gobierno del DF se le están cayendo los puntos a favor en unos cuantos meses. Por ejemplo: El desorden urbano y de transporte en el D.F; su ida de pinta al Vaticano para la bendición papal, lo de Laura Zapata; lo de la salida de la señora Gordillo de Tepepan; lo de la confrontación con su ex “jefe” Marcelo Ebrard; soluciones del tamaño de los saleritos en las mesas y el pase de abordar vitalicio para el niño que nació en el Metro el Día del Niño lo incluyen entre los gobernantes o más inexpertos o más ingenuos.

 

-Te amo; -¿Cómo sabes que es amor? –Porque pienso en ti y no puedo respirar; -Eso es asma; – Bueno, entonces te asmo.