César tiene 17 años y hace dos trabajó en la zona minera de Coahuila por unos meses.  Esta narración se obtuvo vía telefónica, ya que César no cuenta con los medios para poder redactarla y mandarla de su puño y letra:

 

Tenía 15 años y fue durante dos meses y medio y tenía vacaciones yo, entonces me ofrecieron ese trabajo y me fui y me dieron como trabajo de estudiante y yo me quedé allí trabajando. Trabajé en un tajo, que son pozos de donde sacan pura piedra o carbón.

 

El tajo es una gran rueda. En el trabajo yo me levantaba a las cinco de la mañana y tenía que estar listo a las seis y hacíamos una hora de camino, a las siete teníamos que estar en el trabajo. Llegaba dejaba mis cosas y me subía a una pipa de agua y bajábamos a lo que era el tajo. Y desde que bajábamos íbamos a regar el terreno para que no soltara tanta piedra y tanta tierra. Lo hacíamos entre dos horas. Luego llegábamos a la parte de arriba y llenábamos de aceite o diesel los camiones grandes, los yucles. Ésos servían para acarrear la tierra. Allí mismo llegaban camiones de carga de carbón, por eso sabía que se llevaban carbón

 

Luego me mandaron a hablar y sacamos unos paquetes que se llaman salchichas. Eso era la pólvora y llevábamos los costales con dinamita. La maquinaria nos llevaba hasta abajo donde estaba una perforadora y cuando llegamos allá ya estaban los hoyos. Entonces metíamos de a cuatro costales de dinamita y amarrábamos la salchicha, nomás dejábamos como unos 30 centímetros de la mecha así por fuera. La prendíamos y nos íbamos nosotros de volada.

 

Eran unos 10 a 15 pozos que hacía la perforadora, teníamos que poner los cuatro costales, la salchicha y la mecha. Lo juntábamos todo con la misma mecha. Nomás se iba la perforadora y nosotros íbamos en una troca, nomás los prendíamos y salíamos corriendo.

 

En lo que es una mina o en un pozo, no, no me gustaría volver a trabajar. Había un muchacho de 14 años que estaba trabajando en eso. Yo le preguntaba si no quería estudiar y decía que no, que él quería trabajar allí.

 

Yo quiero ir a la escuela, por eso es que ya no me animo a trabajar allí. Estoy en segundo año de preparatoria, ahorita deje de ir, me quedé a medias, no tenía material para hacer mis tareas, una computadora, una impresora, no teníamos el dinero para hacer mis tareas y entonces no llevaba las tareas y este año es puro de eso, ya cualquier tarea te la piden en la computadora. Ya no pudo mi mamá por el dinero, somos cuatro en la familia, sólo mi papá trabaja con una pipa de gas. Pero también trabajó hace como siete años en una mina.

 

Todavía me faltan dos años de la preparatoria, aún no sé qué agarrar de carrera. No lo he pensado pero sí quiero hacer algo. Quiero ver qué carrera me gustaría. En agosto regreso a la escuela a segundo año, porque en este cuarto semestre quedé debiendo materias porque todo es por la computadora y no tenía material.

 

CESAR1