Un juez federal sentenció a sólo 10 años de prisión a los 10 policías municipales de San Buenaventura, Coahuila, incluyendo al director Jorge Alberto Garza Cabrera, acusados de estar involucrados con la delincuencia organizada, y que fueron detenidos el 8 de julio del 2011.

 

Esa condena se otorgó pese a que los ex servidores públicos fueron acusados de trabajar para el crimen organizado, cuando su deber es exactamente el contrario: proteger a la sociedad.

 

Miguel Ángel Reyna Adam, abogado defensor de los policías, informó que viajará Hermosillo, Sonora, a notificar a sus clientes la sentencia, porque están recluidos en el Cefereso de aquella ciudad.

 

“Pero vamos a apelar para presentar los agravios que puedan reducir la penalidad de los ex elementos, ya que no existen pruebas para demostrar su responsabilidad”, advirtió el litigante.

 

A inicios de julio del 2011, el comandante Jorge Alberto Garza Cabrera, y otros preventivos de San Buenaventura, entre ellos Jesús Armendáriz y Raúl Hernández, fueron detenidos por elementos de la Marina.

 

Trasladados a la entonces SIEDO, en el DF, los policías se responsabilizaron; bajo presión y tortura, según su abogado; de tener nexos con el crimen organizado.

 

El 13 de marzo del 2012, Reyna Adam informó a Vanguardia que a 9 meses de su detención, los policías podrían recuperar su libertad en 20 o 30 días, luego de ampliar sus declaraciones y ampararse contra el delito de delincuencia organizada que se les imputaba.

 

En ese entonces estaban detenidos en el Cefereso 5 de Villa Aldama, Veracruz.

 

Reyna insistió que los preventivos fueron detenidos en el edificio de la Alcaldía de San Buenaventura, desde donde fueron trasladados; esposados, vendados y con lujo de fuerza; en camionetas de la Marina, “y se los llevaron a la Ciudad de México sin una orden de aprehensión”.