Ya se sabe que ser secretario de Gobernación no es “moco de pavo”, pero tampoco se puede ser 24 horas al día. Dicen sus cercanos que casi no duerme, apenas unas cuantas horas, apenas  lo suficiente para mantenerse en pie lo que, sin duda, resulta en la detente de asuntos de gobierno y gobernabilidad, como es el caso de la designación de Delegados Federales.

 

Este es un asunto que tiene enojados a los priistas de todo el país porque el 90 por ciento de las delegaciones federales sigue en manos de los panistas que fueron designados durante la gestión del Presidente Cruel y aunque ya van más de cuatro meses del cambio de Gobierno federal, estos relevos siguen sin relevo.

 

El argumento de los priistas que se consideran con derecho a ocupar estas plazas es que ese 90 por ciento de panistas maneja recursos sociales en cantidades enormes en los diferentes estados del país, y lo hacen -dicen- a favor de su clientela política y lo harán aún más en cuanto se aproximan elecciones.

 

Según esto, el presidente Enrique Peña Nieto ordenó que todos fueran designados de acuerdo con el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, pero el hombre de Hidalgo no ha tenido tiempo para ello, y no tiene colaboradores a la altura del arte para sacar este asunto, pues el subsecretario de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava, hombre de confianza de Enrique Peña Nieto desde que era su secretario de Gobierno en el Estado de México y amigo suyo de la infancia, está más que ocupado con el tema magisterial.  Por lo tanto, el PAN sigue en el Gobierno federal por la ausencia de coordinación ¿o conocimiento?

 

Digamos que hay ausencias de control y, por lo mismo, también hay quienes se sirven con la cuchara grande, como es el caso de las designaciones que seguramente pasaron por la Secretaría de Gobernación: la de Jaime Francisco Ramírez Garrido Abreu, hermano del gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido, quien fue designado como delegado del Instituto Nacional de Migración en Guerrero y, por extraña casualidad del destino, Carlos Mateo Aguirre Rivero, hermano del gobernador Ángel Aguirre Rivero, quedó como delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Morelos. Morelos y Guerrero, estados hermanos.

 

E, Incluso, se han designado delegados federales panistas, según reportan desde Baja California y Sonora. (¿El Pacto por México?). O como ocurre en Oaxaca que  no se han nombrado delegados federales porque, según se dice allá mismo, existe una disputa de poder entre el ex gobernador José Murat y el ex gobernador Ulises Ruiz que quieren adquirir por esa vía su cuota de poder para seguir gobernando a la entidad. ¿Y el Gobierno federal?

 

Gobernabilidad federal a prueba. O por lo menos eso proponen los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, y los que se acumulen esta semana.

 

La expectativa nacional está en la forma política como habrá de actuar el Gobierno federal frente a los retos y a la hostilidad de los líderes de la CNTE que han decidido que su movimiento pasa de lo magisterial a lo social y político. Por lo pronto, así lo plantean ya en Guerrero en donde, apoyados por miembros de organizaciones populares y de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, en una manifestación en el zócalo de Chilpancingo, el 8 de abril, se integró el Movimiento Popular de Guerrero.

 

En el país muchos invocan a Weber en aquello del “uso legal de la fuerza” que le corresponde al Estado para garantizar la paz social y los bienes supremos. Intelectuales y analistas de izquierda consideran que el movimiento magisterial que hoy se ve es un disfraz de la disidencia radical que quiere llegar a las últimas consecuencias pero que no contiene reivindicaciones sociales o intentos de justicia social o magisterial que justifiquen su beligerancia.

 

Quienes lo dicen argumentan que los líderes de este movimiento magisterial afirman oponerse a la reforma laboral o reforma educativa pero que eso es lo que menos les importa, aunque sí importa.

 

El Gobierno federal negocia desde Bucareli, pero también insiste en que los gobernadores de los estados involucrados deben asumir su responsabilidad de gobernabilidad y negociación política con estos grupos.

 

Pero tanto Ángel Aguirre Rivero, gobernador de Guerrero, como Gabino Cué Monteagudo de Oaxaca han encontrado la salida fácil: decirle a los maestros que son sus interlocutores con la federación y que es la federación la que debe solucionar, que ellos han entregado al Legislativo local -caso Guerrero- como al Legislativo federal -caso Oaxaca- sus propuestas de ajuste a las reformas constitucionales… y hasta ahí.

 

Esto tiene furiosa a la gente de Gobernación: Hacia Aguirre por la pérdida de control del problema y porque cada día va en aumento la gobernabilidad estatal, como ocurrió con integrantes de la Policía Comunitaria de Guerrero, que portando armas tomaron plaza en Chilpancingo el lunes 8 de abril, apoyados por maestros disidentes y organizaciones populares del estado.

 

El mismo Gobierno federal ya no oculta su indignación con el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, por su debilidad política desde el inicio de su gestión y porque en particular ha perdido el control de la situación magisterial. “Para solucionar su problema, a los maestros les dice que está con ellos, pero débilmente apoya sus peticiones en el DF y así se lava las manos porque si las rechaza el Legislativo nacional será un rechazo al magisterio oaxaqueño, no de él. Y así su fiesta. Así que ambos se quejan de la federalización del poder político de los estados y ellos entregan su poder a la Federación.

 

El hombre lobo. O muy parecido es lo que de pronto se les apareció a priistas de todo el país que acudieron el domingo pasado a la Plaza de Toros de Playas de Tijuana, Baja California, para la toma de protesta de Fernando Castro Trenti como candidato del PRI a la gubernatura del estado para las elecciones del próximo 7 de julio.

 

Pero no. No era el Hombre Lobo de la leyenda negra, aunque así calificaron los asistentes a Jorge Hank Rhon, quien acudió ahí en forma discreta, a la me vale”: saco azul marino, pantalón vaquero, camisa roja a todo lo que da y cabellera y barba de tal longitud que apenas permitían distinguir sus ojos. “¿Ese lobo es el que quería ser gobernador de la entidad y quien declinó a la candidatura a mediados de febrero pasado?”.

 

En todo caso, Hank Rhon tiene gran popularidad en la entidad por el acercamiento que tiene con la gente de a pie allá; porque lo miran entrón y “echado pa’lante”, pero eso sí “mal averiguado” y no querido por la cúpula priista nacional. Pero no será gobernador; por ahora.

 

Francisco Suárez Dávila se va como embajador de México en Canadá; Jorge Montaño como representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas -la representación que quería la ex canciller Patricia Espinosa-; Carlos Jiménez Macías como cónsul en Chicago; Sandra Fuentes-Beráin como cónsul general en Nueva York, en tanto que Carlos Sada pasa de Nueva York a Los Ángeles: ¡Qué tal!

 

“¿Me das un beso? -¿Dónde?- ¡Sorpréndeme!”