La madre de Michael Jackson y sus tres hijos iniciaron en días pasados un juicio contra una de las empresas más importantes del mundo del espectáculo AEG Live, por los delitos de fraude, negligencia y homicidio culposo.

 

Arropada en el estado de salud de Michael Jackson al momento de perder la vida, del sustancioso contrato establecido entre la empresa y su hijo, así como del proceder en la responsabilidad sobre la atención y seguimiento médico al cantante y el contrato que la empresa estableció con el doctor Conrad Murray, Katherine Jackson presentó la demanda en la corte superior de Los Ángeles.

 

Dentro de lo llamativa de la demanda, que podría generar una nueva forma de contratar y protegerse a los artistas contra las grandes empresas que venden conciertos por el mundo, está el que llamarían a declarar a los hijos de Michael como testigos para ayudar a determinar el deterioro de su padre al momento de su muerte.

 

La defensa de AEG corre de la mano de la abogada Jessica Stebbins Mina y su equipo, que han participado de manera “feroz” ante las declaraciones de la familia. Por ejemplo, hicieron un interrogatorio a Katherine Jackson de tres días de duración con preguntas agotadoras e irrelevantes. Algo que los expertos aseguran podía haberse reducido a un par de horas.

 

También, al momento de tomar declaración de Prince Jackson, el mayor de los hijos de Michael, las preguntas fueron muy agresivas, irrelevantes y personales para tratar de provocarlo y agotarlo, como por ejemplo, una de las preguntas de ese tipo fue si mandaba mensajes de texto por la red Twitter, algo completamente irrelevante con el caso.

 

Pero la que ahora dejó a todos con la boca abierta fue la declaración de Paris Jackson, pues a pesar de que es una adolescente, logró transmitir al jurado lo importante que fue la participación de AEG Live en la debacle de su papá que lo llevó al final a perder la vida. Se espera la llamen de nueva cuenta al estrado.

 

Algo que no está gustando a la opinión pública es que AEG Live está considerando llevar al estrado a Blanket Jackson, de 10 años de edad, tenía 6 cuando su padre murió, pues es muy pequeño.

 

Esto apenas comienza pero, si se logra ganar, podría servir como precedente para crear nuevas reglas entre empresas contratantes y artistas. Algo que aseguran es necesario.