Hace unas semanas, Paris Jackson, única hija del cantante Michael Jackson, sufrió una crisis emocional y trató de suicidarse. Afortunadamente llegó la asistencia médica a tiempo.

 

A partir de ahí, las versiones sobre la causa del daño que trató de hacerse son muchas. Se dijo que los tíos presionan para controlar el dinero que recibe su abuela para manutención, argumentando que la señora es mayor y se requiere invertir en su cuidado.

 

Otro tema fue el bullying escolar que sufre. Recordemos que asiste al colegio como cualquier otra chica de su edad, una de las solicitudes que hizo su abuela para tratar de que llevaran una vida lo más normal que fuera posible.

 

Ahora, las cosas se complican.

 

En el marco del juicio que la familia lleva en contra de la empresa AIG en la que solicitan remuneración por la presión, contrato, cuidado y muerte de Michael Jackson, una línea estratégica jurídica que lleva la empresa, es la de demostrar que no todos los demandantes tienen derecho dentro del juicio.

 

Para ello, se filtró hace semanas en medios que AIG solicitaría al juez, exámenes de ADN de los niños y así lograr que, en caso de perder, la pérdida sería menor.

 

Para la familia, de entrada, era una mala noticia pues siempre han sostenido que los niños son de Michael y que los dichos y padres que han salido son falsos, pero solicitarlo por la vía legal no es lo mismo.

 

El diario británico London Sun, sacó a la luz que hace unos días, Paris se enteró que ella y su hermano Prince, hijos de la misma madre, no lo son del mismo padre. Algo que fue un duro golpe para ella.

 

Al conocer la noticia existió una fuerte discusión familiar y derivada de ella, Paris trató de suicidarse.

 

Esperamos que las cosas encuentren su lugar pero el tema es, si Michael Jackson los reconoció como hijos, ¿por qué el resto del mundo se empeña en demostrar que no lo son? La respuesta es clara, son los beneficiarios económicos los interesados en quitarles el nombre y el padre a estos chicos que, al final, sólo son víctimas de sus circunstancias.