Si ingresamos en un motor de búsqueda la palabra “Whatsapp”, nombre de una de las aplicaciones móviles más populares que permite intercambiar mensajes instantáneos entre dos teléfonos, siempre y cuando se cuente con acceso a internet, encontraremos muchas historias que hacen referencia a su más reciente y polémico anuncio, que pronto cambiará su modelo, hasta ahora gratuito, a uno de cobro por suscripción anual que ayude a capitalizar la gran audiencia construida hasta ahora. Sin embargo, también se encuentran historias del tipo “las alternativas a Whatsapp”, que es una de las primeras preguntas en la mente de algunos usuarios que, casi por instinto, rechazan cualquier modelo de pago en un mundo que para ellos es de naturaleza gratuita.

 

Tomar una decisión de negocios así, no es fácil. El que Whatsapp lo haya hecho abre la conversación en diferentes frentes, el primero, alrededor de una problemática que viven no sólo empresas como esta, sino medios de comunicación, que hoy tienen más audiencia que nunca, pero no la saben convertir en negocio, o incluso de gigantes del tamaño de Facebook que, fuera de la valoración e inversión que hoy tiene por ser empresa pública, no tiene todavía un modelo de negocio autosustentable. La problemática, además de tener un pie en la industria publicitaria, de la cual viven estos negocios, y que podría aprovechar mucho mejor plataformas digitales, que tienen buen grado de efectividad y son capaces de mostrar buen nivel de detalle de sus audiencias contra otros medios -pero que aún no es entendida por muchos anunciantes- se acrecienta con la imposibilidad de agregar modelos de negocio de cobro, salvo casos muy excepcionales.

 

Por otro lado, abre una conversación alrededor de las consecuencias no sólo para Whatsapp, sino en la categoría de mensajería instantánea en móviles. ¿Puede ser que a través de micropagos, la empresa haga un muy buen negocio y capitalice millones de dólares a través de los millones de usuarios con que cuenta? O, ¿estará abriendo la puerta para que otros servicios surjan, o incluso, sea responsable de que la caída de BlackBerry se detenga y resurja en países como México, donde justamente su servicio de mensajería hizo que su audiencia alcanzara niveles muy importantes? ¿Será este uno más de los grandes errores en la industria digital, de una de las empresas que construyó una muy interesante audiencia pero a la que asfixió la necesidad de capital, y que no encontró un modelo de negocio, o el que buscó, no resultó ser viable?

 

Por lo pronto, al menos de palabra, el rechazo al anuncio ha sido bastante generalizado. Para mayor información, ingrese a su red social de preferencia y podrá encontrar múltiples expresiones de descontento. En México y otros países de Latinoamérica está mal visto decir que se paga por algo en internet. Veremos.

 

@jorgetaboada