CIUDAD DEL VATICANO. Francisco inauguró el martes su pontificado con una declaración de intenciones y un mensaje de advertencia a los líderes del mundo reunidos en Roma: el verdadero poder es servir a los más necesitados.

 

El papa pasó casi más tiempo saludando a jefes de Estado y personalidades que oficiando la solemne misa de inicio de su papado en la plaza de San Pedro del Vaticano, a la que asistieron 200 mil personas, además de delegaciones oficiales, reyes, príncipes y presidentes de más de 130 países.

 

Tras ser investido con el palio de lana de cinco cruces rojas como pastor de la Iglesia universal, Francisco recibió el anillo del pescador, símbolo del papado como “pescador de almas” en referencia al apóstol Pedro. El flamante pontífice eligió un anillo de plata bañado en oro que representa la imagen de Pedro con las llaves del cielo.

 

En su esperada homilía, que leyó en italiano, Francisco pidió a los gobernantes que sean “custodios” de la creación de Dios, que respeten el medio ambiente y no dejen que “los signos de destrucción y de muerte” acompañen al mundo.

 

“El odio, la envidia, la soberbia ensucian el mundo”, dijo.

 

Antes de la celebración litúrgica, que coincidió con la festividad de San José, recorrió en papamóvil descubierto una abarrotada plaza de San Pedro. El pontífice dio varias vueltas entre vítores y aplausos en un día primaveral y soleado en Roma.

 

Bajó del vehículo en una ocasión para bendecir a un enfermo. También besó a varios niños durante el paseo, en el que las campanas de la basílica repicaron en señal de júbilo.

 

Numerosas banderas latinoamericanas y sobre todo argentinas, país de origen de Francisco, colorearon el recorrido del papa. Una de ellas, por ejemplo, mostraba una imagen grande del pontífice junto al escudo de su equipo favorito de fútbol en Argentina: San Lorenzo de Almagro.

 

Después de la misa, que duró menos de lo habitual tras unos ajustes del propio papa, comenzó un largo pasamanos en el interior de la basílica. Francisco saludó de pie a dignatarios y representantes diplomáticos durante casi dos horas, en las que se pudo advertir su especial afinidad con los líderes de América Latina.

 

El papa Francisco telefoneó ayer a Joseph Ratzinger para felicitarle en su onomástica y para manifestarle “una vez más” su gratitud y la de la Iglesia por su servicio, informó el Vaticano.

 

El papa emérito Benedicto XVI, agregó Lombardi, siguió estos días con “intensa participación los eventos y en particular la celebración de esta mañana (la misa de inicio de pontificado) y expresó a su sucesor su cercanía a través de las plegarias”.

 

Las primeras palabras que pronunció Francisco en la misa de inicio de su pontificado fueron para Benedicto XVI.

 

“Doy gracias al Señor por poder celebrar esta santa misa de comienzo del ministerio petrino en la solemnidad de san José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal. Es una coincidencia muy rica de significado, y es también el onomástico de mi venerado predecesor: le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud”, afirmó el papa Francisco visitará y almorzará el próximo sábado, 23 de marzo, con Benedicto XVI en la residencia apostólica de Castel Gandolfo.