La titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Rosario Robles, defendió la Cruzada Nacional contra el Hambre al señalar que “no es un maratón de despensas” ni tampoco un programa electoral y, ante diputados, ofreció que cada seis meses presentará un balance del mismo.

 

Una acción de esta índole que no es evaluada “es demagogia”, subrayó la funcionaria al comparecer ayer ante las Comisiones Unidas de Desarrollo Social y de Asuntos Indígenas.

 

Recalcó que cada año habrá procesos electorales en todo el país y no por ello se debe detener el programa, sobre todo cuando los ciudadanos lo demandan; no se trata de una cuestión “política” sino de “justicia elemental”, subrayó la ex jefa de Gobierno del Distrito Federal.

 

Ante las preguntas de los legisladores sobre los motivos para definir la distribución del programa social en todos los municipios del país, Robles Berlanga respondió que de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de 2008 a 2010 la pobreza en el país creció más en las zonas urbanas que en las rurales.

 

Tan sólo durante ese periodo, la cifra de pobreza aumentó en las zonas rurales en 1.1 millones de personas; mientras que en las urbanas la cantidad se incrementó en 2.1 millones de mexicanos. “Hay más crecimiento de la pobreza en zonas urbanas porque no estaban siendo atendidas, porque ahí es donde se están generando las violencias, el encono y el resentimiento”.

 

Aseguró que en ningún momento “imperó” un criterio electoral para definir los municipios de la Cruzada Nacional contra el Hambre, y tan es así que están firmando convenios con los gobernadores de todos esos estados “donde va a haber elecciones y que están muy interesados en que la cruzada inicie”, justificó.

 

La secretaria de Desarrollo Social garantizó ante los legisladores que la veda electoral será “absolutamente respetada” en los estados donde habrá elecciones, con el objetivo de no incurrir y no tener el “menor pretexto” para “denostar” un programa que tiene que ver con la gente y un fin social.

 

Durante su ponencia, en donde contestó todos los cuestionamientos por parte de los legisladores, rechazó categóricamente que la selección de los 400 municipios para aplicar inicialmente la Cruzada contra el Hambre tenga cualquier criterio de carácter electoral.

 

Y ejemplificó que en Acapulco se aplicará la Cruzada debido a que 5% de la población del municipio padece hambre y miseria, porcentaje igual a los habitantes de 20 municipios de Oaxaca.

 

Asimismo, en el municipio de Ecatepec, Estado de México, hay más de 100 mil personas en pobreza extrema y carencia alimentaria, situación similar a la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México.

 

La funcionaria federal detalló que este año habrá 14 elecciones en entidades federativas con mil 432 municipios, de los cuales sólo 213 serán beneficiados durante la primera etapa de la Cruzada contra el Hambre, mientras que 113 eligen a sus autoridades bajo el sistema de usos y costumbres.

 

Subrayó que el programa va más allá de dejar “despensas”, porque éstas sólo se llevan y se dejan, pero la circunstancia de la familia “no se transforma”, y de lo que trata Cruzada contra el Hambre es de implementar un proceso de transformación del entorno, por lo que no sólo se trata de un tema “nutritivo” sino de darles un estilo de vida adecuado.