Un empleado con sobrepeso u obesidad rinde hasta 50% menos, lo que repercute directamente en las ganancias de la persona, la empresa que lo contrata y la economía de una sociedad.

 

De acuerdo con Pablo Rodríguez Sierra, director general de la Red Mundial del laboratorio Ysonut, los padecimientos relacionados con la obesidad incrementan 25% las incapacidades laborales, y afectan entre 22% y 34% el ingreso familiar, al aumentar el gasto en atención médica.

 

“Elementos tan evidentes como que una persona falte a sus labores, llegue a ir al baño dos o tres veces al día, padezca sueño o pesadez después de comer, le resulte difícil concentrarse al tener molestias o que, aunque se encuentra en su lugar de trabajo, no preste la atención debida, generan pérdidas económicas a una compañía”, apuntó Rodríguez.

 

El problema, continuó, está en que si un patrón paga cierta cantidad por el trabajo de una persona al 100%, reducirá la productividad de su empresa y, por ende, sus ingresos si su empleado labora a la mitad de su capacidad.

 

Según la Organización Internacional del Trabajo, los empleados obesos tienen dos veces más de probabilidades de ausentarse del trabajo por complicaciones en la salud, dio a conocer el directivo.

 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, 26 millones de adultos en el país padecen sobrepeso y 22 millones obesidad, enfermedad que ha incrementado los índices de mortalidad, que hoy es 12 veces mayor en personas de 25 a 35 años.

 

Estas cifras han propiciado que México ocupe el segundo lugar a nivel mundial en obesidad y sobrepeso en adultos, y el primer lugar en infantes.

 

La mala alimentación, el sedentarismo, el consumo de alimentos con alta densidad energética y el estrés, son factores que inciden en el incremento de los índices de obesidad y sobrepeso en el trabajo.

 

José Antonio Casermeiro, director médico de Ysout, agregó que una mala alimentación puede propiciar además irritabilidad, ansiedad, migrañas, bajo rendimiento intelectual y debilidad, lo que repercute de manera negativa en el desempeño laboral de una persona.

 

“Con muy poca información se puede mejorar la calidad de vida de las personas”, concluyó el especialista.