David Martínez Guzmán no fue parte de los multimillonarios de la lista de Forbes este año, sin embargo, no pasó desapercibido este fin de semana. El empresario nacido en Monterrey en 1957 y quien desde hace años vive en la exclusiva y costosa torre Time Warner de Nueva York, el fin de semana salvó a Vitro.

“Estamos complacidos en participar como socios financieros en esta nueva etapa de Vitro”, declaró el también director del fondo Fintech Advisory Limited, con sede en Londres.

 

El socio de la familia Sada, los principales accionistas en la vidriera mexicana, agregó:

 

“La restructura financiera de Vitro ha logrado el objetivo de crear un bajo y sostenible nivel de apalancamiento, luego de una década de altos niveles de deuda”.

 

Dos párrafos que son noticia, pues además de que confirman que aleja a Vitro de sus agresivos acreedores, pocas veces se conoce un punto de vista de este reservado empresario.

 

Las acciones del fabricante de vidrio subieron 5.17% ayer en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), tras conocerse que se puso fin a todas las acciones legales que enfrentaba desde hace dos años con sus acreedores en México y Estados Unidos.

 

Fintech adquiere de los integrantes del Grupo Ad Hoc toda su tenencia de bonos y pagará a los fiduciarios y a los integrantes una cantidad que cubre los honorarios, gastos y costos incurridos por la administración de un fidecomiso.

 

El monto total del acuerdo no fue dado a conocer.

 

Con la operación anunciada por el fabricante de vidrio este lunes, todas las partes se desistirán de todas las acciones legales, demandas, apelaciones y amparos entre ellas.

 

“Estos acuerdos nos permiten dar la vuelta a la página a un periodo retador para la compañía y enfocarnos plenamente en nuestro negocio y en satisfacer las necesidades de nuestros clientes”, señaló Adrián Sada González, presidente de Vitro, a la BMV.

 

“Gracias a la valiosa participación de nuestros consejeros y al decidido apoyo de Fintech y su director, David Martínez, hemos llegado a un final satisfactorio y estamos listos para aprovechar las grandes oportunidades que hoy se presentan para Vitro”.

 

Martínez Guzmán también desde 2010 forma parte del consejo de administración de Alfa, un holding integrado por las petroquímicas Alpek y Newpek, la productora de autopartes Nemak, el fabricante de alimentos refrigerados Sigma y la telefónica Alestra.

 

“Confiamos plenamente en que bajo el liderazgo de Adrián Sada, -presidente del consejo de la empresa-, y su acertada administración, la empresa capitalizará sus extraordinarias perspectivas de crecimiento, incluyendo las del mercado de Estados Unidos”, señaló el hijo de los regiomontanos Manuel Martínez, un hombre dedicado a los negocios de maderas y aceites, y de María Guzmán.

 

Toda su educación se desarrolló en el Instituto Irlandés de Monterrey, donde era considerado un estudiante modelo y sin malas calificaciones. Tras concluir su preparación decide irse a Roma, en donde ingresó al seminario de los Legionarios de Cristo, donde sólo estuvo seis meses.

 

La vida del sacerdocio no era la suya. Es entonces cuando decide regresar a Monterrey y se inscribe al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores a estudiar Ingeniería en electrónica.

 

A su paso por la Sultana del Norte, David Martínez Guzmán siempre anheló trabajar en varios de los corporativos, donde fue rechazado muchas veces.

 

David solicitó al padre de un amigo un préstamo y con él se fue a estudiar la maestría en Negocios en la Universidad de Harvard.

 

Sin contemplar oportunidades reales para él en Monterrey, le pidió a su abuela 300 mil dólares para iniciar su negocio en Nueva York conocido como Fintech, una empresa que operan al fondo Advisory, Media y Mobile, y también lo ligan con Fimex International Limited. De ellos no existe alguna página de internet que permita conocer la historia y sus responsabilidades, sólo lo que se escribe de él en la prensa de negocios que puede acceder a sus cercanos.

 

Su nombre comenzó a salir al público cuando en el verano de 2003 adquirió dos departamentos, es decir, un piso completo en las Torres Warner de Manhattan, en la esquina suroeste del Central Park, frente a la estatua de Cristóbal Colón.

 

Reportes de prensa indican que el cantante Ricky Martin pagó siete millones de dólares por un departamento ahí.

 

Sin hacer ruido en México, a los medios estadunidenses les sorprendió el apellido Martínez, que pertenecía al hombre que se había hecho del departamento que en 2003 fue tasado como el más costoso en Nueva York.

 

El mismo Martínez contrató al arquitecto Peter Marino para rediseñar su espacio.

 

A David Martínez se le vincula con los inversores buitres, es decir aquellos empresarios que adquieren deuda corporativa y de países que nadie quiere. Él compró en deuda del gobierno argentino en 2001; negoció durante dos horas una operación de rescate urgente de Brasil, por la que recibió 40 millones de dólares. También se hizo de empresas como Cydsa, una firma que le cerró las puertas cuando era joven.

 

El año pasado se conoció el pleito que Martínez Guzmán sostenía en contra del estadunidense Paul Singer, gestor y director del fondo Elliott Capital Management, por el control de la vidriera mexicana y por un viejo desacuerdo en la compra de deuda de Argentina.

 

En 2005, David Martínez aceptó la oferta del gobierno del ex presidente argentino Néstor Kircher y renunció a parte de los intereses que le correspondían, cobró el resto y quedó en paz. Sin embargo, fue un desafío para Singer, quien perdía un importe de 284 millones de dólares más intereses, que todavía reclama su fondo de inversión NML.

 

Martínez y Singer mantuvieron un conflicto legal en los tribunales de Estados Unidos por Vitro desde 2009, que llegó a su fin ayer.