Especialistas pidieron hoy incluir en la reforma migratoria integral a investigadores oncólogos inmigrantes, pues según un reporte, son extranjeros 42 por ciento de ellos en las siete instituciones más importantes de Estados Unidos.

 

“La falta de caminos confiables para que los investigadores del cáncer obtengan la residencia permanente ilustra qué tan descompuesto está el sistema migratorio”, dijo en rueda de prensa Stuart Anderson, director de la Fundación Nacional para la Política Estadunidense.

 

Según el informe “Las contribuciones de los inmigrantes a la investigación del cáncer en Estados Unidos”, en los siete centros de estudio más importantes del país, los especialistas provienen de 50 países encabezados por China (21 por ciento), India (10 por ciento) y Alemania y Canadá (7.0 por ciento), entre otros.

 

En el Centro para Cáncer Anderson de la Universidad de Texas, la tasa de investigadores es de 62 por ciento, en el Centro oncológico Memorial Sloan-Kettering de Nueva York de 56, y en el Centro para Cáncer Sidney Kimmel del Hospital John Hopkins de 35, según el reporte.

 

Laura Lichter, presidente de la Asociación Estadunidense de Abogados Migratorios, señaló como “oportunidad histórica” el que la reforma migratoria integral incluya a los inmigrantes con alta capacitación.

 

Por su parte, Alfredo Quiñones Hinojosa, director del Programa de Cirugía de Tumores Cerebrales y del Laboratorio de Células Madre para Tumores del Cerebro en el Hospital John Hopkins, citó que todos los investigadores inmigrantes tiene problema con sus visas.

 

El especialista mexicano, que llegó indocumentado a Estados Unidos como trabajador agrícola, destacó que gracias a la “amnistía” otorgada por el ex presidente Ronald Reagan en 1986, pudo convertirse en neurocirujano egresado de la Universidad de Harvard.

 

Destacó que los investigadores migratorios están sujetos a “constantes” preocupaciones y miedos por la visa así como un gasto en tiempo y dinero por el tener que regresar a sus países para su renovación.

 

En la ley de 2012, aprobada en la Cámara de Representantes pero no en el Senado, se contemplaba la emisión de tarjetas de residencia para 55 mil extranjeros con doctorado o maestría en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, pero sin incluir la oncología.

 

La mayoría de doctores, técnicos e investigadores inmigrantes permanecen en Estados Unidos con una visa tipo H-1B que permite una permanencia de tres años con extensión a seis, en tanto un cambio del estatus migratorio no es fácil de alcanzar.