Boeing sometió a un avión 787 a un vuelo de prueba, el primero desde hace tres semanas, cuando se prohibió que despegara la nueva aeronave por el incendio de una batería.

 

El avión despegó desde el aeropuerto Boeing Field en Seattle y voló durante casi dos horas y media, de ida y vuelta sobre la cuenca de Columbia. Aterrizó en el mismo aeropuerto de dos pistas poco antes de las 3:00 p.m. De acuerdo con la página de internet de la rastreadora de vuelos FlightAware, la aeronave recorrió 1.820 kilómetros (1 mil 131 millas), poco más de los 1 mil 478,9 kilómetros (919 millas) planeados.

 

La Agencia Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) otorgó el permiso para vuelos de prueba el jueves.

 

El 787 es el primer avión comercial que se apoya enormemente en baterías de ion de litio, el mismo tipo usado en teléfonos celulares. Cada avión cuenta con dos baterías azules de 28.6 kilogramos (63 libras), una cerca de la nariz para brindar energía a la cabina en caso de que los motores se detengan, y otra próxima a la cola para encender la unidad auxiliar de electricidad, que básicamente es un generador de respaldo.

 

El 7 de enero, un cortocircuito provocó que se incendiara una batería de un avión que acababa de aterrizar en Boston. Nueve días después, una batería de una aeronave de All Nippon Airways empezó a humear, lo que obligó a un aterrizaje de emergencia en Japón.

 

Boeing informó que el vuelo del sábado se realizó para evaluar el desempeño de las baterías durante un vuelo. La información recabada se utilizaría para respaldar las investigaciones en curso sobre los percances recientes.

 

Boeing ha comprometido miles miles de millones de dólares en la investigación al 787 y otros miles de millones de dólares en aviones 787 estacionados en Everett, Washington, y otros lugares a la espera de su entrega.