La Cámara de los Comunes aprobó hoy la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en el Reino Unido con el rechazo de más de cien diputados conservadores, que se opusieron al plan defendido por su líder, el primer ministro David Cameron.

 

En su primera votación parlamentaria, el proyecto de ley fue apoyado por 400 diputados y rechazado por 175, tras un largo y encendido debate que duró alrededor de seis horas

 

La propuesta que legalizará las bodas gays en Inglaterra y Gales pasa ahora a fase de enmienda y deberá ser aprobada en la Cámara de los Lores antes de que entre en vigor, algo que el primer ministro conservador prevé para 2014.

 

Cameron respaldó abiertamente este proyecto y en esta ocasión se unirá a la mayoría de los diputados laboristas y liberaldemócratas, con los que el primer ministro forma la coalición de Gobierno. Sin embargo, hay un gran descontento en las filas conservadoras y algunos medios británicos estiman que más de cien de sus diputados desafiarán la propuesta del Gobierno.

 

El Reino Unido introdujo hace unos años las uniones civiles para las parejas del mismo sexo, pero no el matrimonio homosexual.

 

Ante la negativa de algunos diputados conservadores a apoyar la legislación, los ministros británicos de Economía, Asuntos Exteriores e Interior, George Osborne, William Hague y Theresa May, respectivamente, trataron de convencer a sus compañeros de filas a que cambien de posición.

 

En una carta conjunta enviada el lunes al “Daily Telegraph”, los tres ministros afirmaron que se trata de una legislación correcta en este momento porque la institución del matrimonio ha evolucionado.

 

La iglesia mantiene su rechazo

 

El nuevo arzobispo de Canterbury, Justin Welby, dijo hoy que la Iglesia de Inglaterra mantiene su rechazo a la propuesta del Gobierno británico para legalizar los matrimonios homosexuales.

 

Welby, líder espiritual de casi 80 millones de anglicanos, efectuó esas declaraciones después de tomar hoy oficialmente posesión de su cargo en una ceremonia celebrada en la catedral de San Pablo de Londres.

 

“Me atengo, como lo vengo haciendo siempre desde los últimos meses, a la declaración que hice tras el anuncio de mi nombramiento, que es que apoyo la posición de la Iglesia de Inglaterra”, señaló el primado anglicano.