El ex primer ministro socialdemócrata Milos Zeman ha sido elegido hoy nuevo presidente de la República Checa con el 55 % de los votos en las primeras elecciones presidenciales directas de la historia democrática del país centroeuropeo.

 

“Mostraron una ciudadanía activa. Prometo que seré la voz de todos, al ser elegido de forma directa”, dijo en su primera comparecencia y matizó que quiere “ser presidente de los diez millones más pobres (el país tiene 10.8 millones de habitantes), y no de los padrinos de las mafias que chupan la sangre esta sociedad”.

 

El triunfo de Zeman frente al otro candidato, el actual ministro de Exteriores, Karel Schwarzenberg, supone su regreso a la alta política y la culminación de un objetivo en el que ya fracasó en el año 2003.

 

Su retórica contundente, con toques de populismo y nacionalismo, se ha impuesto en una campaña marcada por el pasado y por las críticas de Schwarzenberg a la expulsión, tras la Segunda Guerra Mundial, de tres millones de checoslovacos de habla alemana.

 

Zeman ha rechazado tajantemente esas críticas y ha argumentado que aquel “traslado”, como lo se define oficialmente en el país, no hizo más que seguir el parecer de los aliados sobre el reasentamiento de las minorías alemanas para evitar conflictos sociales en el nuevo mapa de Europa.

 

En este sentido, Schwarzenberg afirmó tras conocer los resultados que “las elecciones fueron decididas por una mentira (la acusación chovinista contra él)”, y que “contra ciertas difamaciones no se puede luchar”.

 

Se espera que con Zeman como jefe del Estado mejoren las relaciones de Praga con la Unión Europea, tras la etapa de euroescepticismo a ultranza de su predecesor, Vaclav Klaus.

 

Zeman, de 68 años, apuesta por que el club comunitario avance por la vía federalista, alejada de la construcción de un superestado que quite competencias a los países y lo gobierne todo desde Bruselas.

 

Zeman rechaza las políticas antisociales de recorte del gasto público, la privatización parcial del sistema de pensiones y la congelación de las rentas de los jubilados que ha promovido la actual coalición gubernamental de centroderecha.

 

Por eso, su victoria de hoy permite augurar una tensa relación entre el Castillo de Praga, sede de la presidencia, y la Academia de Straka, sede del Gobierno.

 

Zeman tomará juramento como tercer presidente de la República Checa el próximo 8 de marzo, y hará su primera visita de Estado a Eslovaquia, país con el que formó una república federativa hasta 1993.