La Secretaría de la Función Pública (SFP) salió ayer a desmentir a los secretarios de Estado. El subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas, de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Julián Olivas Ugalde, asentó ayer que todos los funcionarios que están en el gabinete ganan lo mismo: 205 mil 122 pesos brutos, y después de las deducciones les queda un salario neto de 145 mil 284 pesos. Estas nuevas cantidades no coinciden con ninguna de las hechas públicas ayer por los 25 miembros del gabinete.

 

“Sí, fue un error al momento de hacer la declaración en algunos casos, por parte de los servidores que lo hicieron”, explicó.

 

Pero las nuevas cifras también difieren de las cifras ofrecidas por el IFAI (cuyo nombre no recordó Peña Nieto al hacer su declaración). La web del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) indica que, por ejemplo, la secretaria Mercedes Juan López (Salud) gana 146 mil 763 pesos, Ramírez Marín (Sedatu) 143 mil 778 pesos, y la titular de turismo, Claudia Ruiz Massieu, 145 mil 230 pesos.

 

De modo tal que, el día de hoy, los mexicanos tienen tres cifras divergentes y no pueden saber, en realidad, cuánto se embolsa el Presidente y cada secretario.

 

Ayer, el subsecretario Julián Olivas Ugalde señaló que sólo existen dos casos dentro del gobierno federal que perciben más que el Presidente: el almirante Vidal Soberón Sanz y el general Salvador Cienfuegos Zepeda. Ganan 200 mil pesos al mes debido a que tienen “un pago de antigüedad en el servicio, lo cual está reconocido en nuestra Constitución”.

 

Pero según datos del IFAI, el titular de la Marina, después de deducciones, tiene un salario de 124 mil 960 pesos, y el encargado de la Sedena, de 124 mil 871 pesos. De hecho, ellos dos aparecen con el salario más bajo.

 

Paralelamente, el Artículo 127 de la Constitución, en su apartado dos, indica: “Ningún servidor público podrá recibir remuneración, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República”. Sin embargo, un párrafo después establece una excepción, que afirma que podrán ganar más “salvo que el excedente sea consecuencia del desempeño de varios empleos públicos, que su remuneración sea producto de las condiciones generales de trabajo, derivado de un trabajo técnico calificado o por especialización en su función”.

 

Respecto del hecho de que las mujeres del gabinete ganan menos que todos, según lo publicado por Presidencia, el encargado de despacho de la SFP dijo que las titulares de Desarrollo Social, Salud y Turismo colocaron que ganan menos porque seguramente se les olvidó incluir su aportación al “fondo de separación, que es 10%, y si se suma se llega a la suma”.

 

Pero al funcionario se salieron mal las cuentas: si las secretarias efectivamente hubieran hecho esa resta, tendrían que haber declarado un sueldo de 130 mil 755 pesos.

 

Y todo se complica: en la página del IFAI dice que a Robles Berlanga (Sedesol) le quedan 147 mil 318 pesos tras deducciones (333 pesos menos que el sueldo de Enrique Peña Nieto, que según esa página gana 147 mil 651 pesos).

 

Y el jefe del Ejecutivo, en su declaración patrimonial, declaró que gana 193 mil 478 pesos.

 

Algunos funcionarios declararon que tienen otras entradas de dinero, en ese sentido Olivas comentó que pueden ser por inversiones bancarias, porque son socios en algunas empresas o, como en el caso de Alfonso Navarrete, por ser notario público en Huixquilucan. Al respecto señaló que la ley no les prohíbe mantener esos otros empleos, pero siempre tienen que estar dando aviso a la SFP de cada centavo que ganan por otras actividades durante el tiempo que son funcionarios públicos.

 

Dijo que no se dio a conocer el monto de los inmuebles que son dueños porque ellos no lo quisieron. El encargado de la Función Pública señaló que el funcionario puede hacer pública su declaración patrimonial o si lo prefiere reservada o mixta, con algunos datos a la vista de todos.

 

Subrayó que en la SFP sí tienen la información exacta de cada peso que se les paga a los secretarios, así como del valor de sus inmuebles y si observan que lo declarado no coincide con su desempeño profesional, pueden iniciar una investigación para saber la procedencia de los recursos.