Los férreos controles de divisas impuestos por el gobierno argentino hacen que resulte cada vez más difícil para turistas de este país que viajan al extranjero, sobre todo a Estados Unidos, conseguir dólares. La medida impuesta en 2011 por el gobierno de Cristina Férnandez apunta a combatir la fuga de capitales y a reforzar el peso local.

 

En ciudades tan importantes y que algunos consideran la capital de América Latina como Miami en el estado de Florida, el control de divisas en Argentina se está haciendo sentir.

 

Es por ello que primero algunos restaurantes y ahora incluso en algunos departamentos en alquiler de Miami Beach se están aceptando pesos argentinos, para alivio de viajeros argentinos que no pueden comprar dólares.

 

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Pesos argentinos. Foto/AP 

 

La ciudad es un destino popular para las clases medias de América Latina. Unos 375 mil argentinos visitaron Miami en el 2011, en que fueron el quinto contingente nacional más grande de turistas internacionales. Van a las playas, los clubes nocturnos y restaurantes, y visitan la Pequeña Buenos Aires, como se denomina a una faja de Miami Beach donde abundan los comercios orientados a esa comunidad.

 

A los argentinos, no obstante, cada vez les cuesta más viajar.

 

Bajo los actuales controles, los argentinos que están al día con sus impuestos pueden comprar no más de 100 dólares por persona por cada día en el exterior. Hace dos meses el gobierno comenzó a controlar el uso de tarjetas de crédito y débito cobrando una retención impositiva del 15% sobre los gastos en el exterior, deducible cuando se hace la declaración anual al fisco. A ello se suma un impuesto aduanero del 50% para los bienes traídos de afuera.

 

Con esto también se busca contener la fuga de capitales, que fue de 23 mil millones de dólares en el 2011, y mantener suficiente dinero en las reservas del banco central argentino para pagar la deuda nacional.

 

Sin embargo, los argentinos se las arreglan para conseguir dólares. Los que no pueden conseguir la divisa estadunidense a través de los canales oficiales a menudo recurren al mercado negro, donde la tasa de cambio es bastante más alta.