PARÍS. La actriz francesa Brigitte Bardot, conocida defensora de los animales, anunció hoy su intención de pedir la nacionalidad rusa, como ha hecho Gérard Depardieu, ante la decisión de las autoridades de aplicar la eutanasia a dos elefantes en Lyon.

 

“He tomado la decisión de pedir la nacionalidad rusa para huir de este país que no es más que un cementerio de animales”, afirmó indignada Bardot, en un comunicado de su fundación.

 

Lo justificó ante la “cobardía y la impudicia” de “los que tienen el poder” y han decidido “matar los elefantes ‘Baby’ y ‘Nepal’, pese a las numerosas propuestas enviadas por mi fundación” para salvarlos.

 

Las autoridades alegan que su decisión tiene relación con la intención de evitar una propagación de tuberculosis.

 

El pasado martes, la actriz ya se había dirigido en una carta pública al presidente francés, François Hollande, para que se impidiera la eutanasia de esos dos animales, propiedad del circo Pinder, que se encuentran en el parque de la Tête d’Or de Lyon, “potencialmente tuberculosos”.

 

El prefecto (delegado del Gobierno) en la región decidió ese mismo día suspender el sacrificio de ambos elefantes a la espera de que el Consejo de Estado se pronuncie sobre su suerte.

 

La eutanasia había sido decretada por el Tribunal Administrativo de Lyon, ante la situación sanitaria en que se encontraban.

 

La actriz, que cargó contra el lugar en el que habían sido confinados “tras haber sido explotados en condiciones escandalosas por el circo Pinder”, se comprometía a que su fundación cuidara de ellos, como lo ha hecho con otros animales.

 

La demanda de nacionalidad rusa de Bardot llega después de la polémica generada por Depardieu, que la ha obtenido por un procedimiento especial del presidente ruso, Vladimir Putin, tras haber trasladado su residencia fiscal a Bélgica para beneficiarse de un trato mucho más favorable en ese país para los millonarios como él.

 

El actor francés, que huía así de un nuevo impuesto para ricos que quiere instaurar el Gobierno de izquierdas, se quejó el mes pasado del trato recibido, en particular por parte del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que había calificado su exilio fiscal de “despreciable”, y dijo que entregaba su pasaporte y su tarjeta sanitaria.