WASHINGTON. La secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, padece de un coágulo de sangre ubicado en una vena entre el cráneo y el cerebro, atrás del oído derecho, informaron hoy los médicos que la atienden.

 

Los doctores indicaron, no obstante, que el coágulo no supone para la funcionaria un riesgo para su salud, y que su recuperación progresa sin contratiempos. Asimismo, se dijeron confiados en que Clinton tenga “una completa recuperación”. Destacaron además que traten el bloqueo de Clinton con anticoagulantes.

 

La funcionaria ingresó el domingo al Hospital Presbiteriano de Nueva York al descubrirle el bloqueo derivado de una conmoción cerebral que sufrió a inicios del mes.

 

En un comunicado, destacaron además que pese a la ubicación del coágulo, Clinton no padeció ni infarto ni daño neurológico, y que actualmente conversa con su familia, médicos y personal de hospital.
La funcionaria, internada desde el domingo, previsiblemente pasará ahí el fin del año 2012, debido a que los médicos informaron que la mantendrían en observación durante 48 horas.

 

Los médicos de Clinton descubrieron el coágulo ayer mientras le practicaban un examen de seguimiento, dijo su vocero, Philippe Reines. Este lunes, informaron que implementaron disolventes para eliminarlo, han avanzado en ello y descartaron cualquier daño grave en el sistema neurológico.

 

El portavoz de la ex primera dama había dicho que los médicos le estaban aplicando anticoagulantes. “Sus médicos seguirán valorando su estado, incluidos otros asuntos relacionados con su conmoción cerebral”, dijo Reines en un comunicado la víspera. “Ellos determinarán si se requiere alguna otra acción”, agregó.

 

Clinton, de 65 años, cayó a mediados de diciembre cuando estaba sola en casa recuperándose de una infección estomacal que la dejó gravemente deshidratada. La conmoción cerebral se le diagnosticó el 13 de diciembre. (Notimex y AP)

 

 

Clinton, de 65 años, cayó a mediados de diciembre cuando estaba sola en casa recuperándose de una infección estomacal que la dejó gravemente deshidratada. La conmoción cerebral se le diagnosticó el 13 de diciembre y Clinton se vio obligada a cancelar un viaje al norte de África y al Medio Oriente que había sido planeado para la semana próxima.

 

Clinton se vio obligada además a cancelar su testimonio del 20 de diciembre ante el Congreso sobre un reporte sobre el ataque del 11 de septiembre al consulado de Estados Unidos en Bengasi, Libia, que costó la vida al embajador Chris Stevens y a otros tres estadounidenses.

 

El reporte encontró fallas graves de liderazgo y manejo en dos oficinas del Departamento de Estado, que fueron consideradas como la causa de insuficientes medidas de seguridad en esas instalaciones. Clinton se responsabilizó por el incidente antes de que el reporte fuera publicado, pero no se le imputaron cargos.

 

Algunos comentaristas conservadores insinuaron que Clinton estaba fingiendo la gravedad de su enfermedad y la conmoción cerebral para evitar testificar. Funcionarios del Departamento de Estado lo negaron vehementemente.

 

Legisladores presentes en la audiencia —incluido el senador demócrata John Kerry, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara alta y quien fue nominado por el presidente Barack Obama para suceder a Clinton— le desearon que se recupere.

 

La ex primera dama y ex senadora es conocida por su agotador ritmo de viajes de trabajo. Es la persona en ese cargo que ha viajado más en la historia de Estados Unidos, al haber visitado 112 países.