Cuando Manuel Mondragón y Kalb asumió la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), en 2008, puso en marcha un análisis de distintas áreas y recursos de la dependencia, que trajo consigo la desaparición de la llamada Base de Datos contra el Crimen, que su antecesor en el cargo construyó.

 

En su lugar se creó el sistema denominado Compstat, el cual se alimentó de la información que estaba reunida en la anterior base de datos, pero en lugar de enfocar el trabajo en el combate a redes delictivas, se privilegió la georeferenciación y las acciones de prevención del delito.

 

Fue el 14 de noviembre de 2006 cuando el entonces secretario de Seguridad Pública de la capital, Joel Ortega, anunció la creación de la Base de Datos contra el Crimen, para la cual se contó con el apoyo de la compañía Microsoft y que, de entrada, contaba con 36 millones de registros policiales en 38 servidores.

 

“Ahora, si un vehículo se utiliza para un asalto o para un ilícito nosotros podemos vincular los nombres con placas, con domicilios, a su vez con infracciones, rostros y con personas”, observó el jefe policiaco en aquel año.

 

Ortega hizo énfasis en la importancia de que las policías tuvieran acceso a datos al menos generales de las averiguaciones, y destacó que esa base de datos permitía por primera vez a los cuerpos de seguridad preventiva realizar inteligencia contra el crimen.

 

Pero en el 2008, luego de la destitución de Ortega tras el caso New´s Divine y la llegada de Mondragón y Kalb, el referido banco de datos que ya había duplicado su número de registros, dejó de utilizarse.

 

En 2009, Mondragón presentó el Compstat, un sistema de información que privilegiaba la georeferenciación del delito para eficientar los patrullajes y la prevención, así como la evaluación de la actividad policial.

 

Oficialmente no se informó lo que sucedió con la Base de Datos contra el Crimen, pero autoridades de la SSPDF indicaron que la información fue trasladada al Compstat, parte de la infraestructura tecnológica se reaprovechó, y el personal que originalmente estuvo a cargo fue trasladado a otras áreas.

 

Desde 2009, la secretaría de Seguridad Pública capitalina dejó de presentar los árboles delictivos y redes de vínculos que de acuerdo con Ortega Cuevas, se construían gracias a la Base de Datos contra el Crimen.