NUEVA YORK. Cuatro funcionarios del gobierno federal de Estados Unidos, encargados de supervisar Rápido y Furioso, seran destituidos debido al mal desempeño de este programa de rastreo de armas, apuntó el periódico The Wall Street Journal (WSJ).

 

Los funcionarios adscritos a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) serían despedidos si el gobierno federal acepta las recomendaciones de un panel disciplinario que indaga la operación del programa, dijeron al diario fuentes no identificadas.

 

Los cuatro funcionarios sujetos al despido son gerentes de oficinas de la ATF y supuestamente ya fueron notificados de la recomendación del panel. Asimismo, dos empleados de menor nivel podrían enfrentar medidas disciplinarias, aunque conservarían su puesto.

 

La decisión del panel formado para deslindar responsabilidades en el caso de Rápido y Furioso comenzaría un proceso legal que podría durar meses y los supuestos responsables podrían apelar legalmente las recomendaciones.

 

Los gerentes son Mark Chait, ex director asistente de operaciones en el terreno; William McMahon, supervisor de operaciones en el Oeste de Estados Unidos; William Newell, ex jefe de la ATF en la ciudad de Phoenix y George Gillet, el segundo a cargo en esta oficina.

 

Legisladores republicanos han presionado en meses recientes para que la ATF señale responsables para lo que el Departamento de Justicia ha referido como “patrones de serias fallas” en una operación en que se perdió el rastro a miles de armas, vendidas a supuestos contrabandistas.

 

A los supuestos responsables también podría despojárseles de su estatus de acceso a zonas de seguridad y a información sensible, lo que podría afectar sus prospectos de futuros empleos, puntualizó el diario.

 

Al inicio de la semana, se dio a conocer que Gary Grindler, jefe de gabinete del procurador Eric Holder, dejará su puesto el día de mañana. Situación que fue bien recibida por los republicanos que han criticado, en particular, la ausencia de comunicación sobre el nexo del operativo con las armas encontradas en la escena del crimen del agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry en 2010.

 

El programa Rápido y furioso consistió en la venta deliberada y controlada de armas a cárteles mexicanos de la droga con el objetivo de obtener información de inteligencia. Estados Unidos vendió más de 2,500 armas sin informarle al Gobierno mexicano.

 

El dispositivo de geolocalización falló. Y el mejor ejemplo es el crimen cometido en contra del policía Brian Terry en 2010.

 

El gobierno de Obama se reservó la información del operativo por lo que los republicanos le han venido reclamando. Ahora, comienzan los cambios.