Diez menores menores de edad que participaron en los disturbios y actos violentos del sábado 1 de diciembre en calles de la ciudad de México, en el marco de las manifestaciones opositoras a la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como presidente, fueron entregados por la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes a sus familiares, informó el procurador capitalino Jesús Rodríguez Almeida.

 

En tanto, dos más fueron canalizados al Centro de Estancia Transitoria para Niños y Niñas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). Uno que está en situación de calle y otro por el que aún no llegan sus familiares a recogerlo, precisó el Rodríguez Almeida.

 

El procurador destacó que 11 visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) estuvieron presentes durante todas las acciones y diligencias que se llevaron a cabo.

 

Y señaló que han puesto en manos de un Juez del Tribunal Superior de Justicia los casos para que sea esta autoridad quien califique si son legales o no las detenciones.

 

AUTORIDAD DEBÍA CONTENER EL ORDEN

 

La policía capitalina acudió al Centro Histórico sin armas de fuego, con el propósito de que no hubiera algún exceso al resguardar el Congreso de la Unión en donde se realizaba el cambio de poderes, señaló el procurador del Distrito Federal.

 

En entrevista con Denise Maerker en Radio Fórmula, destacó que lo que los agentes capitalinos se encontraron sin embargo con gente armada que tenía el objetivo claro de atacar la paz pública de la Ciudad en un primer evento.

 

“La vestimenta, la forma en que buscaron cubrirse, primeramente en Congreso de la Unión, donde tenían la seguridad establecida las autoridades federales, pasando esos eventos, muchas de esas personas que ya de por si llevaban gasolina, bombas molotov, tubos, piedras, palos, cilindros con gas, incluso el camión que estrellaron ahí, parece que hubo un intercambio de diferentes cosas entre los manifestantes o las personas que estaban en esa zona y la Policía Federal”, destacó.

 

El segundo evento, dijo, tiene que ver con la zona de Palacio Nacional, en la calle Madero y Avenida Juárez, donde agredieron negocios, inmuebles, a las autoridades, a diversos ciudadanos.

 

“Derivado de ello, la fuerza pública tuvo que buscar contenerlos, controlarlos y al final se logró restablecer el orden público, aun cuando ya había habido diversos daños y una violencia extrema por parte de estos grupos”, puntualizó el procurador capitalino.

A decir de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, los destrozos del pasado sábado fueron planeados desde noviembre, con la organización de células de jóvenes radicales traídos desde Chiapas, Oaxaca y el Estado de México.

 

Con este dicho, la dependencia capitalina descartó que se haya tratado de protestas improvisadas y aseguró que su misión era generar enfrentamientos con la policía y provocar disturbios en diversos puntos de la capital, lo cual calificó como un atentado.

 

En las pesquisas queda claro que se trata de grupos especializados en choque, no sólo por el arsenal de petardos, bombas molotov, varillas y demás objetos con los que contaban para agredir, sino incluso porque en internet, a través de perfiles y redes, como la de Bloque Negro, difundieron el tipo de objetos que pueden ser utilizados para agredir y derribar vallas metálicas.

 

(Foto: Tomada de Facebook Bloque Negro)


DENUNCIAN ABUSOS

 

Tras la extenuante jornada del sábado 1 de diciembre, por los enfrentamientos entre inconformes y policías federales en San Lázaro y destrozos en distintos locales comerciales y hoteles; las denuncias por abusos policíacos , detenciones arbitrarias en las inmediaciones del Centro Histórico, Bellas Artes, Avenida Juárez y Reforma esquina con Bucareli y la presencia de presuntos grupos de choque, no se ha hecho esperar.

 

El abogado y activista defensor de Derechos Humanos,  Jesús Robles Maloof, quien se encarga de algunos de los casos de los consignados ha denunciado que hay al menos cinco inconsistencias en las imputaciones  así como denuncia abusos de la autoridad.

 

Vía Twitter señala en su cuenta @roblesmaloof: “Mariana Muñiz (de negro) junto 55 personas fueron detenidas en F. Mata. La consignación dice en Balderas. Vean que no”

 

(@roblesmaloof)

El legista asegura que si no se defiende el principio de presunción de inocencia, “sólo la suerte y las circunstancias definirán si acabamos en prisión o no”.

 

Señaló que abogadas y abogados de los detenidos en la agencia 50 del MP formaron un grupo para coordinar su trabajo.

 

Tal es la historia de Enrique, que caminaba por Eje Central, cerca de la calle Madero, y buscaba la mejor tienda para que le ajustaran su celular.  De pronto escuchó gritos y comenzó a ver una lluvia de palos y piedras, que caían por todos lados de la calle.

 

Se echó a correr para buscar un refugio, pero no alcanzó a llegar. Por la espalda sintió como lo jalaban y segundos más tarde lo tiraban al piso. Cuando pudo reaccionar fue cuando los golpes de un policía le caían por todo el cuerpo. Esquivó como pudo los puños y el tolete, pero de todas formas le lastimaron las costillas y la cara.

 

Enrique trataba de decirle al policía que no hacía nada, pero no lo escuchaba. Minutos después, un grupo de policías del Distrito Federal lo levantaron y lo subieron a una camioneta. Allí también lo mantuvieron sometido, unas cuadras adelante lo bajaron agachado y, en un sótano, lo pusieron en una celda con otras personas. Su nombre es Enrique Rosales Rojas, tiene 50 años de edad y desde hace 29 es profesor de primaria, está casado y tiene cinco hijos.  Aquí la historia completa.  

 

Se echó a correr para buscar un refugio, pero no alcanzó a llegar. Por la espalda sintió como lo jalaban y segundos más tarde lo tiraban al piso. Cuando pudo reaccionar fue cuando los golpes de un policía le caían por todo el cuerpo. Esquivó como pudo los puños y el tolete, pero de todas formas le lastimaron las costillas y la cara.

 

Enrique trataba de decirle al policía que no hacía nada, pero no lo escuchaba. Minutos después, un grupo de policías del Distrito Federal lo levantaron y lo subieron a una camioneta. Allí también lo mantuvieron sometido, unas cuadras adelante lo bajaron agachado y, en un sótano, lo pusieron en una celda con otras personas. Su nombre es Enrique Rosales Rojas, tiene 50 años de edad y desde hace 29 es profesor de primaria, está casado y tiene cinco hijos.

 Cobertura completa de los disturbios del sábado 1 de diciembre.