LA HABANA. Las negociaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC avanzan en La Habana “por buen camino” según la guerrilla, mientras que los delegados del presidente Juan Manuel Santos quieren “un trabajo serio” alejado de la “gran algarabía”.

 

Los negociadores del Ejecutivo y la guerrilla celebraron ayer su segunda mesa bilateral en la capital cubana para intentar un acuerdo que ponga fin al conflicto armado colombiano, en una jornada en la que comenzó el alto el fuego unilateral declarado por las FARC hasta el 20 de enero para facilitar el proceso de diálogo.

 

No hubo mención alguna a esa tregua a la llegada de ambos equipos al habanero Palacio de Convenciones, donde sólo el guerrillero Seuxis Paucias Hernández (alias “Jesús Santrich”) se dirigió a la prensa para comentar que las conversaciones van “con buen ritmo”.

 

“Con una convicción absoluta en que el pueblo colombiano vencerá, les decimos que vamos avanzando con buen ritmo y por buen camino”, dijo Santrich y agregó que se intenta que “la participación del pueblo sea plena en este proceso de construcción de la paz”.

 

En las dos primeras jornadas de diálogo en La Habana nada ha trascendido del contenido de las conversaciones y debates entre ambas partes, que se celebran a puerta cerrada en el Palacio de Convenciones, donde el acceso a los medios de comunicación se limita al momento de la llegada de los equipos negociadores, a primera hora de la mañana.

 

“Esto no tiene propósito de una gran algarabía sino una muestra de trabajo muy serio por parte del Gobierno, que realmente encuentra que hay opciones siempre y cuando mantengamos esa línea. El propósito es que ambas partes continúen en ese mismo esquema de seriedad”, dijo Humberto de la Calle, jefe de los negociadores de Juan Manuel Santos y exvicepresidente de Colombia a su equipo en una reunión previa a la sesión con las FARC.

 

En esa reunión, el jefe negociador del Gobierno considera “muy importante profundizar en el punto uno de la agenda”, es decir, el problema de la tierra y el desarrollo agrario integral.

 

Ese es el primero de los temas de debate en la “hoja de ruta” del proceso de diálogo al que siguen otros cuatro puntos: la entrega de las armas por parte del grupo guerrillero, la entrada de los rebeldes desmovilizados en la vida política, la solución al problema del narcotráfico y la reparación a las víctimas del conflicto.

 

En coincidencia con el arranque de esa fase del proceso, las FARC -la guerrilla más antigua de América Latina- anunciaron en La Habana un cese unilateral de las hostilidades por un periodo de dos meses, la primera tregua que declaran en diez años y la cuarta de su historia en los casi 50 años de conflicto en Colombia.

 

A ese anuncio el Gobierno respondió que por parte de la fuerza pública proseguirán los operativos militares, en consonancia con la política del presidente Santos desde que se hizo público el actual proceso de paz, en el sentido de que el Estado no se sumará a un alto el fuego hasta tener un acuerdo definitivo que permita terminar con el largo conflicto.

 

El cese de hostilidades, anunciado el lunes en La Habana por el segundo al mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, comenzó a las 00.00 hora local (05.00 GMT) y se prolongará hasta el 20 de enero de 2013, lo que significa que habrá una tregua durante la Navidad.

 

En esta primera jornada, el Ejército informó de la explosión de minas al paso de un grupo de soldados en la localidad de Caloto, en Cauca, lo que desencadenó, al parecer, un intercambio de disparos. Se desconoce si los explosivos estaban sembrados en el lugar o fueron activados por las FARC al paso de los uniformados.

 

Ayer martes, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, afirmó que es muy difícil verificar el cese de hostilidades declarado por las FARC y señaló que en Colombia se lleva bastantes años “oyéndoles promesas, oyéndoles ofrecimientos, y cada vez dice que dicen algo, descubriendo las mentiras que han dicho, cuesta creerles”.

 

En cualquier caso, la tregua de las FARC continuó suscitando reacciones internacionales como el caso de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que saludó ese alto el fuego unilateral y expresó su esperanza en que las negociaciones en La Habana concluyan con un acuerdo de paz. EFE

 

Grupo de Piedad Córdoba pide cesen actividades militares

 

BOGOTÁ. El colectivo Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP) le pidió ayer al Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que adopte un cese de “actividades militares” en momentos en que se adelantan negociaciones de paz con las FARC en Cuba.

 

“Respetuosamente, solicitamos al gobierno tomar en consideración la petición que multiplicidad de comunidades, organizaciones que padecen la guerra y sus graves consecuencias, y como expresión del deber de la paz, de la victoria que significa la humanidad y la razón, que decida un cese de actividades militares ofensivas lo que será un mensaje de esperanza para las y los colombianos”, dice la ONG en un comunicado.

 

El grupo también saludó el anuncio que horas antes hicieron desde La Habana las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de adelantar una tregua entre el 20 de noviembre de este año y el 20 de enero de 2013.

 

En un comunicado, el mando central de esa guerrilla señaló que había ordenado a sus unidades “el cese de toda clase de operaciones militares ofensivas contra las fuerzas públicas y los actos de sabotaje contra la infraestructura pública o privada”.

 

Insisten en que la otra guerrilla activa en Colombia, la del Ejército de Liberación Nacional (ELN), reitere su disposición de mantener diálogos de paz con el Gobierno.

 

En recientes declaraciones el presidente Santos afirmó que por ahora el ELN no se sumará al proceso de paz abierto con las FARC, pese a que esa guerrilla ha expresado su voluntad de entablar diálogos.EFE