LA HABANA. Los negociadores de paz de las FARC admitieron que el secuestro del general Ruben Darío Alzate es un “hecho extraordinario”, aunque al mismo tiempo “normal” dentro de una guerra, por lo que llamaron a reflexionar sobre la necesidad de un cese el fuego bilateral para que avance el proceso de paz.

 

“Está delegación de paz tiene la disposición a contribuir a una pronta y sensata solución a este problema”, afirmó ante los medios en La Habana el guerrillero “Pablo Catatumbo” (alias de Jorge Torres Victoria), tras la confirmación de las FARC de que tiene secuestrado al general Alzate desde el pasado domingo.

 

“Catatumbo” señaló que un eventual cese el fuego bilateral generaría un ambiente “más tranquilo” para las conversaciones y “nos evitaríamos este y otros incidentes que se pueden presentar en el transcurso de una guerra”.

 

“Mientras continúe la confrontación, se van a presentar hechos como este e incluso más graves”, advirtió el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

 

Según la guerrilla, la captura del general Alzate en un área del departamento del Chocó “no se trata de un secuestro”, sino de “un suceso normal” en medio de una guerra, al tratarse de un general de alto rango capturado en zona de conflicto “en el ejercicio de su mando”.

 

Alzate fue capturado el domingo, junto a otras dos personas, en confusas circunstancias, ya que llegó a la zona vestido de civil, desarmado y sin avisar a las autoridades, en contra de los protocolos de seguridad, suceso que motivó la decisión del Gobierno colombiano de suspender los diálogos de paz.

 

Quien se mantuvo firme en suspender las negociaciones de paz fue el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. El mandatario dejó claro que el diálogo de paz queda suspendido hasta que las FARC liberen a los secuestrados, entre ellos un general, en medio de información confusa sobre por qué el militar estaba en una zona convulsa vestido de civil y sin avisar a las autoridades.

 

“Mientras esta situación no se solucione, les he reiterado a los negociadores del Gobierno que no podrán viajar a La Habana para reanudar las conversaciones”, dijo Santos en una alocución al país.

 

Esos hechos han colocado al proceso de paz en su mayor crisis desde que se inició hace justo dos años en La Habana, ya que ha generado una gran inquietud a la sociedad colombiana y a la comunidad internacional.

 

“A las FARC les exijo, y no solo yo, se lo exigen nuestra nación y toda la comunidad internacional, que demuestren su voluntad de paz con acciones y no solo con palabras”, agregó Santos, al anunciar que ha pedido a Cuba y Noruega, garantes del diálogo, su colaboración para salir de esta grave situación.

 

 

Íngrid Betancourt recuerda divisiones de las FARC

 

 

BOGOTÁ. La ex candidata a la Presidencia de Colombia Íngrid Betancourt, quien estuvo secuestrada por las FARC durante seis años, cree que la orden de hacer cautivo al general Rubén Darío Alzate no fue dada por la cúpula de esa guerrilla sino por integrantes del grupo armado que actúan en solitario.

 

En distintas entrevistas telefónicas a medios colombianos desde Londres, donde vive, Betancourt auguró que el secuestro de Alzate “no fue premeditado” y que “ha tomado por sorpresa a la cúpula” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en su mayoría está en La Habana, donde se celebra un proceso de paz con el Gobierno.

 

“Es muy probable que el secuestro de Alzate haya sido decisión de un responsable guerrillero sin tener en cuenta a los altos mandos de las FARC”, apuntó Betancourt, que estuvo secuestrada entre 2002 y 2008 en las selvas del sur de Colombia.

 

Apoyada en la experiencia de su largo secuestro, dijo ser “consciente de la distancia entre los comandantes y los frentes en las regiones”, lo que se traduce en una comunicación difícil dentro de las FARC.

 

Una prudente Betancourt, quien vive fuera de Colombia desde que fue rescatada por el Ejército en 2008 durante la espectacular “Operación Jaque”, pidió tener confianza en la guerrilla porque, a su juicio, “va a saber sopesar la situación y tomar una decisión política” que permita continuar con los diálogos de paz, suspendidos por el presidente Juan Manuel Santos tras el secuestro de Alzate.