La norma para hacer que los autos nuevos contaminen menos y que los consumidores tengan mejor rendimiento de combustible es perversa, dijo Eduardo Solís Sánchez, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) en entrevista con 24 HORAS.

 

“Estamos de acuerdo en tener una norma de eficiencia energética viable y exitosa, la que se está presentando ahora resulta más exigente que la norma americana. Incluso es perversa, ya que promueve la compra de autos usados en el país”, dijo el directivo al explicar los motivos por los cuales la industria que representa está en desacuerdo con la NOM-163.

 

“Al hacer esta norma inviable y costosa, es decir, más exigente que la norma americana, muchas familias tendrán que comprar un vehículo usado en vez de uno nuevo”, consideró.

 

Como informó 24 HORAS, interpuso un juicio de nulidad ante el Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa. La japonesa detuvo así el proyecto que establecía, entre otras cosas, una reducción de emisiones de dióxido de carbono de los autos nuevos desde 2014 y hasta 2016 que fueran comercializados en el país.

 

“No sólo fue Toyota, fueron varias empresas y la propia asociación, solicitamos juicios de nulidad para asegurar que los procedimientos se sigan de manera adecuada”, dijo Solís.

 

“Nosotros queremos asegurar que las disposiciones se sigan al pie de la letra, que se cumplan cabalmente. Esto es lo que se busca en estos juicios”, aclaró Eduardo Solís.

 

–¿Qué es lo que los llevó al juicio?

 

–Lo que nos llevó al juicio fueron los procedimientos para la elaboración de la norma, que son compatibles con las disposiciones de ley aplicables. Ahora, ¿cuáles son los elementos que nos preocupan como asociación respecto a los proyectos que el gobierno está planteando?, lo que nos preocupa es que la norma como hoy está planteada resulta más exigente que la norma americana Corporate Average Fuel Economy (CAFE).

 

De acuerdo con datos de la AMIA, en Estados Unidos, para la aplicación de la norma, el gobierno otorga siete mil 500 dólares como incentivo al consumidor por vehículo, para la compra de unidades eléctricas e híbridas, lo que promueve la renovación vehicular.

 

“Lo que nos preocupa es que la norma como hoy está planteada resulta más exigente que la norma americana CAFE. Esta regulación de eficiencia ambiental de combustibles y ambiental en emisiones de dióxido de carbono está acogida también por Canadá, pero en el caso de México solamente se tomó una parte”.

 

De acuerdo con Eduardo Solís, en la norma de eficiencia energética que planteó la Secretaría de Economía sólo fueron tomados en cuenta los valores de exigencia, pero no los de cumplimiento, que en Estados Unidos son los que están presentes y dan forma a la medida. Es por ello que a pesar de que el sector se expresa a favor de una norma de eficiencia energética y de un reglamento que disminuya las emisiones de CO2, no avalan la propuesta de las autoridades en México.

 

“Le puedo dar tres ejemplos. En Estados Unidos los fabricantes pueden intercambiar créditos cuando sobrecumplen la norma, esos créditos los puedes guardar y los puedes intercambiar con otras automotrices en otros años posteriores. En la norma mexicana sólo se pueden intercambiar en el año en el que se acumularon”, detalló Solís.

 

En Estados Unidos si una compañía acumuló más créditos de los establecidos por la norma, puede guardarlos hasta por cinco años, teniendo la opción de utilizarlos en el momento en que lo requiera, o que no haya alcanzado el objetivo establecido por la ley.

 

“En EU se otorgan créditos por el uso de combustibles alternos, en México no”.

 

“Lo hemos dicho totalmente de frente, nosotros sí estamos de acuerdo en tener una norma de eficiencia energética viable y exitosa, pero ésta resulta más exigente que la norma americana”, reiteró Solís.